Los precios siguen subiendo con fuerza en Estados Unidos, y la inflación anualizada alcanzó en marzo su nivel más alto en cuatro décadas, ubicándose en 8.5%, impulsada por la guerra en Ucrania.
El principal responsable de esta subida de precios es la gasolina, que se ha disparado especialmente tras la invasión rusa de Ucrania.
En febrero, el índice CPI de precios al consumo había marcado 7.9% en 12 meses. Los datos publicados este martes por el Departamento de Trabajo, superan ampliamente ese guarismo.
El informe es el primero que abarca el impacto provocado por la invasión rusa de Ucrania y las sanciones occidentales contra Moscú, que han hecho que trepen los precios de la energía y los alimentos en todo el mundo.
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En un mes, en Estados Unidos los precios subieron 1.2%, frente a 0.8% en febrero. Solo el precio de la gasolina se disparó 18.3% con respecto al mes anterior, y representó cerca de la mitad de la inflación, precisó el Departamento de Trabajo.
Los precios de todos los productos energéticos aumentaron 11% frente a febrero, según el informe.
Impacto de la energía y materias primas
"El alza de precios de las materias primas vinculada a la invasión de Ucrania por Rusia está en la base de esta cifra de inflación muy elevada", dijo de su lado la gobernadora del banco central estadounidense Lael Brainard en una entrevista al Wall Street Journal.
El conflicto en Ucrania "alimentó la inflación galopante vía el alza de precios de la energía, de los alimentos y de las materias primas, agravados por problemas en las cadenas de aprovisionamiento", resumió de su lado Kathy Bostjancic, economista jefe de Oxford Economics.
Esta analista anticipa un pico de inflación en mayo de alrededor de 9%, y luego un lento retroceso, para "terminar el año por encima de 5%".
La vivienda y la alimentación también empujan el alza generalizada de precios, según el informe oficial.
Pero si se excluyen los precios más volátiles de la energía y los alimentos, la inflación subyacente se modera con relación a febrero, para colocarse en 0,3% frente a 0,5% en la comparación mes a mes.
Los precios de los vehículos de segunda mano, que desde hace meses atizan la inflación, cedieron en marzo 3,8%.
En cambio, en 12 meses, la inflación subyacente alcanzó su nivel más alto desde agosto de 1982.
"Esperemos que (estos datos) sean el pico, porque realmente no queremos alcanzar una inflación de dos dígitos", reflexionó el economista Joel Naroff.
La Casa Blanca busca actuar
El gobierno se había adelantado el lunes al advertir que la inflación sería "extraordinariamente elevada" y anunció el martes una serie de iniciativas que apuntan a aumentar el uso y la producción de biocombustibles, en busca de hacer bajar los precios de la energía.
Luego de decidir el uso de volúmenes históricos de reservas estratégicas de crudo, el presidente Joe Biden tiene pocos recursos para conjurar lo que la Casa Blanca llama sistemáticamente "el efecto Putin" sobre la inflación en un intento hasta ahora poco fructífero de atenuar el costo político del alza de precios para el mandatario demócrata.
Biden deploró el martes la fuerte inflación y volvió a apuntar contra presidente ruso, al sostener que "70% del alza de precios en marzo proviene del aumento de precios de la gasolina de (Vladimir) Putin".
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El gobierno por otra parte, decidió que el combustible E15, que incorpora 15% de etanol, pueda venderse en el verano boreal, cuando su distribución normalmente está prohibida en esa época. También liberará fondos para instalaciones de producción de biocombustibles y para alentar el desarrollo de biocarburantes para aviación.
Biden espera matar varios pájaros de un tiro: bajar la gasolina en las estaciones de servicios, dar señales sobre el medioambiente y sobre la independencia energética, y hacer puntos ante los productores agropecuarios del Estados Unidos rural, donde no es demasiado popular.
Hace ya un año que la inflación, que reduce el poder de compra de las familias, es superior a la meta de 2% de la Reserva Federal, el banco central estadounidense. Marzo es el sexto mes consecutivo en el que la inflación anualizada se mantiene por encima de 6%.
A mediados del mes pasado, la Fed comenzó a subir sus tasas de referencia -en 0,25 puntos de base a 0.25-0.50% anual- para encarecer el crédito y contener el consumo y la inversión. Los ajustes continuarán durante el año.