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Inflación de alimentos fue del doble que la del promedio de productos

Se cumplieron tres años en la comida aumenta sus precios más rápido que la inflación general. La de El Salvador es la inflación de alimentos más alta de las economías dolarizadas.

Por Moisés Alvarado | Oct 09, 2024- 08:52

La central de abastos será dividida por módulos. Al interior se observan pocos trabajadores del MOP que, al parecer, finalizan detalles en los módulos. Foto EDH/ Emerson Del Cid

La inflación de los alimentos entre septiembre 2023 y el mismo mes de 2024 fue de 1.21%, más del doble que el alza en otros rubros, la cual se colocó en solo 0.58%. Así, se cumplieron exactamente tres años en los que se ha mantenido, ininterrumpidamente, más alta la velocidad a la que aumentan los precios de la comida que la del promedio del mercado.

Esto tuvo su punto más alto en diciembre de 2022, cuando la inflación de los alimentos fue de 12.24%, casi cinco puntos porcentuales más que la inflación general. En septiembre, la comida fue el cuarto rubro con la mayor aceleración de sus precios, solo después de las bebidas alcohólicas, la salud, los restaurantes y hoteles.

A pesar de que en agosto hubo una baja en los costos de los alimentos, fue producto de la estabilización de precios, que alcanzaron su nivel máximo en la historia en junio y julio.

Para Danilo Pérez, del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), que haya bajado el nivel de la inflación en septiembre respecto a los meses precedentes es producto de dos factores. El primero: una presión y combate de las autoridades guatemaltecas contra la especulación en los precios de la comida en esa nación, de donde provienen casi todas las verduras que se consumen en El Salvador.

LEA MÁS: Así se ve la inflación en El Salvador en apenas dos años

El segundo es un tema estacional. Con la llegada del invierno y la salida al mercado de una nueva cosecha, los precios tienden a bajar por una mayor oferta.

Esto está ocurriendo tanto en El Salvador como en el resto de países de donde se importa la mayor parte de la comida.

"Lastimosamente, lo más probable es que esta tendencia vuelva a cambiar allá por diciembre, cuando comienza a entrar el verano. Volveremos a ver un aumento de precios, pues las condiciones no han cambiado", advierte Pérez.

Como él, el economista Alfonso Goitia opina que las medidas adoptadas desde el Estado para atajar la escalada de precios no han tenido ninguna incidencia sobre los precios de los alimentos. Ni agromercados, ni eliminación de aranceles, ni amenazas a comerciantes.

"Si ves que los precios están aumentando sin control y no aplicas las medidas adecuadas, esto va a terminar afectando a la población más vulnerable. En el caso de El Salvador, no ha habido ninguna política distinguible, por ejemplo, para aumentar la producción local", dice Goitia.

El economista señala que la mayoría de medidas parecen estar encaminadas a favorecer un mayor flujo de importaciones y de mercados diferentes al centroamericano, para el que, desde hace mucho, ya no existen aranceles por diferentes acuerdos de libre comercio.

Goitia sostiene que no se ve interés del gobierno en el trabajo de los productores locales y cómo puede contribuir a aumentar la seguridad alimentaria de la población. Una muestra es que disminuirá $68 millones el presupuesto para el Ministerio de Agricultura y Ganadería en 2025 y ha programado fondos insuficientes para el programa de la tarjeta agrícola.

"Se están creando las condiciones para favorecer a aquellos comerciantes que se dedican a la importación, sobre todo los más grandes y no hay ningún viso de una política agraria que sea consistente", comenta Goitia, quien añade que, con esta realidad, el país volverá a ser vulnerable a los factores externos en los precios de los alimentos.

La inflación más alta de las economías dolarizadas

Para que el incremento de los precios pueda ser comparado con más rigurosidad, se deben observar aquellas economías que comparten el mismo instrumento de compra: el dólar.

Por ello, para este ejercicio se comparará la inflación de los alimentos en El Salvador con la del resto de países dolarizados del continente: Estados Unidos, Panamá y Ecuador.

Los dos primeros no han publicado aún sus datos para septiembre. Por ello, se tomarán en cuenta los datos de agosto. A la luz de estos números, es posible afirmar que la inflación de los alimentos en El Salvador es la mayor de todas las economías dolarizadas.

Con el 3.12% de inflación interanual en agosto supera en más de un punto porcentual a Estados Unidos. La de Panamá fue de apenas el 0.5% y Ecuador presentó deflación, es decir, una inflación negativa del 0.86%.

Según comentan Alfonso Goitia y Danilo Pérez, esto es por la diferencia entre las realidades de estos países. Estados Unidos, por ejemplo, subsidia buena parte de su producción agrícola y ganadera, lo que le permite a sus productores ofrecer precios bajos, tanto para el mercado local como para exportar.

Panamá posee el canal interoceánico por el que cruza buena parte del comercio mundial, de allí que pueda importar a precios mucho más convenientes. Sin embargo, señala Goitia, tiene una producción agropecuaria más fuerte que la de El Salvador.

Y Ecuador es uno de los países que más alimentos produce en Sudamérica, lo que mantiene controlados los precios de la comida dentro de sus fronteras.

Otro aspecto que diferencia a El Salvador de estas naciones es un gasto público exacerbado, mucho mayor que los ingresos del Estado. Para el guatemalteco Miguel Gutiérrez, de la Fundación Economía para el Desarrollo, el déficit fiscal es "el gran veneno para la economía". Y es uno que El Salvador ha sufrido históricamente. De allí que adoptar al dólar como su moneda no haya ayudado a parar sus problemas inflacionarios.

Un exceso de gasto público, explica, hace que los bienes y servicios en un país sean más caros. Con esto, se vuelve menos atractivo para la inversión extranjera, lo cual es un requisito indispensable para que una economía crezca. Que no lo haga se traduce en que no es capaz de producir lo que su población necesita. En ese escenario, los precios aumentan.

"La dolarización no puede frenar la inflación si cuentan con un déficit tan grande. Tienes a un gobierno presionando en el gasto. Todo sube… El déficit es una droga que se utiliza solo en casos de emergencia cuando hay un gran desastre. Pero El Salvador lleva 25 años así", explica Gutiérrez.

El 2024 no ha sido la excepción: entre enero y agosto, los gastos del gobierno han superado en casi $950 millones a los ingresos.

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