Que los alimentos presentaran deflación (descenso del Índice de Precios al Consumidor) en octubre de 2024, por primera vez en más de tres años, como lo destacó recientemente el presidente Nayib Bukele, no fue el fruto de medidas económicas implementadas por el Gobierno, como los agromercados o la eliminación de aranceles. Fue, más bien, el producto de la tendencia natural del mercado y de la ralentización de la economía, según expertos consultados.
El dato de octubre es de -0.34%, es decir que en ese porcentaje bajaron los precios de los alimentos. La inflación en estos productos superó en cada ocasión a la de todos los rubros desde octubre 2021. La tendencia se mantuvo incluso en septiembre de 2024 y aunque bajó en octubre ha estado precedida por 36 meses de alzas importantes.
"En economía, ningún precio vuelve a bajar", comenta la economista Merlin Barrera. Más bien, la población ahora tiene menos poder adquisitivo.
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La máxima expresión de esta tendencia fueron los 12 meses comprendidos entre mayo de 2022 y abril de 2023. Un año entero en que la inflación interanual (comparación entre el mismo mes entre dos años consecutivos) superó el 10%.
Según economistas consultados, como el guatemalteco Miguel Gutiérrez y el estadounidense Teo Sepúlveda, algo que pudo influir en el aumento de precios tan desproporcionado, además de la tendencia mundial, fue el exceso de gasto público de la administración Bukele, financiada, sobre todo, gracias a un aumento de la deuda. Esto es porque los gobiernos no producen bienes o servicios. Por ello, su erogación de recursos no se diferencia del gasto de consumo, lo que presiona el mercado.
A esto también se suma una pobre producción local de alimentos que no ha podido ser suplida por las respuestas económicas del Gobierno, como los agromercados.
"La iniciativa de los agromercados, de la central de abasto, tiene un radio de acción que beneficia a unos cuantos consumidores. Cuando uno analiza la cadena de distribución, es posible concluir que es muy superior el esfuerzo que se hace en el mercado normal respecto a lo que está haciendo el gobierno", comentó Danilo Pérez, director del no gubernamental Centro para la Defensa del Consumidor (CDC).
¿Por qué ha cedido la inflación?
Es una respuesta compleja, pero el economista Rommel Rodríguez, de FUNDE, apunta a que puede tratarse de un síntoma de que en El Salvador existe una disminución en la demanda de este tipo de bienes. Lo que, a su vez, es muestra de que el poder de compra de la población se ha reducido debido a que la economía se ha ralentizado.
En efecto, el gran motor económico de El Salvador en los dos últimos años: la construcción, se ha desacelerado. Desde abril de 2024, la variación interanual de su Índice del Volumen de la Actividad Económica (IVAE) ha sido negativa, teniendo su punto más bajo en abril (-18.8%) y en junio (-17.48%). Ese es el panorama, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
"Que haya deflación, si bien puede representar un alivio momentáneo para el bolsillo, no es algo para celebrar, más si se mantiene en el tiempo, porque es un poderoso elemento que marca una economía en crisis", comenta Rodríguez.
Para el experto, sin embargo, no hay razón para preocuparse si se trata de algo momentáneo y es el producto de la explosión de una burbuja, es decir, que en el mercado los precios de los alimentos se encontraban desalineados de su evolución natural.
"Tenemos que esperar más tiempo. Esperar a ver qué pasa el próximo mes y en los siguientes. Si la recaudación se viene abajo, si el consumo cae, si el IVAE se va ralentizando… entonces podremos decir si hay o no un deterioro de la economía", apunta Rodríguez, quien pone como ejemplo el caso de Argentina.
Allá, el gobierno de Javier Milei ha logrado bajar la inflación a niveles favorables, pero a costa de arrebatarle poder adquisitivo a buena parte de la población.
Productos que han bajado. Y los que no
Las verduras y frutas son los productos que más han bajado su precio, gracias a la salida de la cosecha en Guatemala y Honduras, los principales proveedores de El Salvador, que importa hasta un 90%.
Otros productos han mantenido estables sus precios desde inicios de septiembre, al menos según lo reflejan los datos recogidos en el "Informe semanal de precios en mercados y tiendas mayoristas" de la Defensoría del Consumidor. Por ejemplo, el cartón de 30 huevos grandes costó $4.99 entre el 21 y el 27 de octubre (último censo publicado), apenas dos centavos más que ocho semanas antes.
Otro tanto pasa con las carnes de res, que tienen variaciones de apenas unos centavos. Esta es importada en su mayoría de Nicaragua y Estados Unidos. A pesar de que se ha anunciado que mercados como el uruguayo, el colombiano o el argentino pueden exportar su carne hacia El Salvador, el Banco Central de Reserva (BCR) no registra operaciones desde estos países, al menos hasta septiembre de 2024 (último mes con datos disponibles).