De los 498,452 hogares salvadoreños que recibieron remesas en 2021, hay 82,933 que se encuentran en condición de pobreza, señaló la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de la ya disuelta Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc).
En 2020 fueron 80,974 familias en esas condiciones económicas las que percibieron dinero desde el exterior, es decir, el año pasado 1,959 hogares más se sumaron a recibir ese beneficio por parte de los compatriotas que residen fuera del país.
El estudio detalló que en 2021 el envío de remesas mensual a las 498,452 familias equivalió a $100,096,816.54 y cada una de estas recibió un promedio de $200.82, una cantidad insuficiente para la subsistencia, pues datos de la Digestyc destacan que la canasta básica alimentaria (CBA) urbana ha pasado de costar $199.24 en enero de 2021 a $235.47 en junio de 2022. Mientras, en el mismo periodo la CBA rural pasó de valer $141.68 a $173.74.
Datos del Banco Central de Reserva (BCR) indicaron la semana pasada que el 99% de las remesas que ingresa al país son utilizadas para fines de consumo, es decir, para gastos en alimentación, cubrir servicios básicos, vestuario y compras en general.
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De acuerdo con la EHPM, 1,515,114 salvadoreños reside en los 498,452 hogares que obtuvieron remesas el año pasado. El promedio mensual que recibió cada persona ronda los $65.60.
En 2020, un total de 473,864 hogares donde viven 1,515,114 personas recibieron remesas. En ese entonces, la cantidad de divisa mensual que ingresó al país totalizó $85,404,701.96; mientras en el mismo plazo por familia fue de $180.23 y por persona el promedio fue de $56.37.
Alto costo de la vida
Aunque la tendencia del envío de remesas aumentó en 2021 a comparación de 2020, la situación económica del país no ha dado muestras de mejoras ante el alto costo de la vida que se ha agudizado con la crisis inflacionaria.
Hasta junio, la inflación interanual se colocó en 7.76% y aunque en julio esta tuvo una leve disminución con 7.42%, sigue siendo alta.
Las alzas en los precios de los alimentos de la canasta básica y otros productos de primera necesidad han afectado a los ciudadanos que sobre todo ganan el salario mínimo, advirtió el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) en mayo pasado.
Según esa institución, entre enero 2021 a marzo 2022, la población pasó a pagar $21.71 más en el área urbana y $16.65 en el área rural por el costo de los 22 productos que contiene la canasta básica.
En ese entonces, Danilo Pérez, director ejecutivo del CDC, alertó que las proyecciones para 2022 no son nada alentadoras debido a la crisis inflacionaria y uno de los puntos más preocupantes es que un gran sector de la población no podrá “comer bien”.
Un estudio del CDC desarrollado en 2019 determinó que el costo de vida de los salvadoreños era de $706.00, más del doble del salario mínimo en ese año, e incluso ahora.
Salvadoreños con carencias
Los resultados de la EHPM revelaron, además, que al menos 474,658.97 hogares del total de 1,929,508 registrados en la misma viven en pobreza monetaria, ya sea extrema o relativa, lo que significa que no pueden pagar una o dos canastas básicas alimentarias.
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Es decir, un 24.6% de los hogares a nivel nacional están en esas condiciones y de este porcentaje se divide en 7.8% de familias que vive en pobreza extrema y 16.8% que se encuentra en pobreza relativa.
Al compararse los datos de 2021 con 2020, el número de pobres se redujo en un 1.6%. Sin embargo, Ricardo Castaneda, economista sénior de Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), aclaró que pese a la disminución en el dato de pobreza monetaria “en términos de porcentajes” este se mantiene superior al registrado en 2019 cuando, según la encuesta de ese año, el 22.8% de hogares salvadoreños a nivel nacional se encontraban en esa situación.
Mientras, se reflejó un aumento en el número de familias que ingresaron a la lista de la pobreza multidimensional, la cual no solo abarca la falta de dinero para adquirir bienes y servicios sino que mide las carencias en educación, salud, servicios básicos, alimentación, condiciones de vivienda, estabilidad laboral y seguridad, entre otros aspectos.
Según el estudio, hay 521,762 hogares salvadoreños en los que residen 1,947,796 personas que han enfrentado precariedad en la calidad de vida en 2021.
“Es ahí donde se debería prestar atención (en la pobreza multidimensional) sobre todo porque en tres años de esta administración gubernamental, el país no cuenta con un plan de gobierno que debe ser justamente articulado en las distintas esferas económicas, sociales y ambientales”, ha manifestado Castaneda.