"¿Qué quieres ser cuando seas grande?". Esa pregunta no estaba dirigida para la niñez, como suele ocurrir, sino que estaba enfocada para personas mayores de 50 años, ya que a esa edad aún hay mucho por explorar y reinventar.
Y esa fue la finalidad del foro organizado este martes por Agrisal, con el apoyo de BID Lab, como parte del proyecto Hub Crecenta, el cual busca abrir un diálogo con este segmente de la población y aprender sobre las oportunidades, ventajas y desafíos de la nueva longevidad.
Para ello, invitó al experto internacional Diego Bernardini, un médico de familia y profesor titular de medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, quien es máster en gerontología y doctor en medicina por la Universidad de Salamanca, España. También dirige el Diplomado Internacional en Nueva Longevidad y es fundador de "La segunda mitad", la comunidad líder en Iberoamérica en nueva longevidad.
Durante el foro, Bernardini compartió con la comunidad plateada de El Salvador estrategias para descubrir, desarrollar y optimizar todos los recursos acumulados en la primera mitad de la vida.
"Hablar de nueva longevidad es hablar de todas las oportunidades que se abren, es hablar de cómo nosotros podemos gestionar un poco ese momento de vida. Y hablar fundamentalmente de la economía de la longevidad es hablar de un aspecto que está englobado en la economía general, pero que en este caso específicamente involucra todas las actividades que se necesitan, o que necesitan cubrir las demandas de las personas mayores de 50 años, que son muchísimas", explicó Bernardini en entrevista con El Diario de Hoy.
En ese sentido, indica que la economía plateada, es decir la que va dirigida a personas mayores de 50 años, se sustenta fundamentalmente en el hecho de que, en mayor o en menor medida, hay un consumo de cuidados de salud, de vestimenta, de productos de belleza, de alimentos, de productos financieros, entre otros.
En el caso de El Salvador, considera que un nicho de mercado muy importante por cubrir. "En este momento, hablar de personas mayores en El Salvador es hablar de casi un millón de personas, representan cerca del 12% de la población. Es un grupo que cada vez va a aumentar más y es un grupo que, además, muy pocas instituciones y muy pocas empresas están atendiendo".
El experto agrega que ese grupo numero de personas no solo necesita atención en el presente, sino que la requerirá en las próximas tres décadas y un factor a tomar en cuenta es las personas mayores se caracterizan por ser "muy fieles a determinadas marcas".
VER: Crecenta: un hub para aprovechar el potencial de los mayores de 50 años
"Entonces, si yo encuentro un supermercado que me atiende bien, un banco que me atiende bien, que me facilita (los trámites), o un producto que no tengo que agarrar un teléfono y acercarme mucho para leerlo... claramente lo voy a premiar con la fidelización", ejemplifica.
Bernardini afirma que los estudios muestran que apenas entre el 25 y el 30% de las empresas han pensado en atender este mercado.
Plan de vida después de los 50
Otro tema que abordó el especialista en el foro de ayer fue sobre el plan de vida más allá de los 50 años. Bernardini considera que dicho plan es como una "receta", cuyo objetivo es preparar una comida.
"Nosotros llegamos a un momento que tiene que ver con que se plantea un retiro laboral o que simplemente quedamos excluidos del mercado laboral... Y llegamos a ese momento con una lista en la que tenemos experiencia, conocimiento, estudios, relaciones, ahorros... Y lo que necesitamos es ahora convertirlo en un plan; ese plan, por ejemplo, puede ser un emprendimiento que me va a permitir ganar dinero, mantenerme ocupado y hacer algo que me guste", dice.
¿Pero qué pasa cuando una persona por tener más de 50 años no encuentra oportunidades para reinventarse? Bernardini opina que esa es una deuda que tiene la sociedad con esta población, pero plantea que aunque una persona mayor ya no puede trabajar las mismas horas que cuando eran jóvenes, pueden seguir aportando y lo que necesitan es una oportunidad.
Y añade que las nuevas tecnologías tampoco deben ser una barrera. "A diferencia de lo que muchos creemos, las personas mayores utilizan la tecnología; en un 70 o un 80% están utilizándolas".