El gobierno presentó el miércoles, a través del Ministerio de Hacienda, el nuevo Sistema de Facturación Electrónica el cual “facilitará el pago de compromisos tributarios a los contribuyentes y un mejor control sobre la evasión fiscal mediante la tecnología digital”, según un comunicado de la Presidencia de la República.
Durante el evento de lanzamiento participó, además del ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en El Salvador, César Falconi, pues fue este organismo el que apoyó en el financiamiento del proyecto con un monto de hasta $6 millones.
¿Pero en qué consiste este sistema de facturación electrónica?
Según el gobierno, este sistema “permitirá mudar la estructura física de los documentos emitidos en operaciones tributarias a un sistema electrónico funcional, que cuenta con el mismo respaldo legal que los documentos físicos”, algo que de acuerdo con Hacienda facilita el cumplimiento de las obligaciones tributarias a las empresas.
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Asimismo, reducirá los costos de autorización, emisión y almacenaje de documentos y permitirá mejorar el cruce de información y los procesos de fiscalización de la administración tributaria, según el comunicado de Presidencia.
Ante esto, Falconi explicó que “la factura electrónica es considerada como un instrumento de transparencia fiscal de la cuarta revolución industrial, la punta de lanza del avance de la digitalización en la administración tributaria, porque contribuye a mejorar la recaudación, a reducir la evasión y a mejorar el control interno a un menor costo”.
Según los estudios del BID, con la nueva factura electrónica aumentará la recaudación tributaria hasta en un 6%.
Por su parte, Zelaya indicó que el desarrollo del sistema “ha sido consensuado con el empresariado nacional” y que “cumple con todos los requisitos de control fiscal de otros países y del nuestro, pero que además se vuelve eficiente, rápido y ágil para ayudar a las empresas a controlar sus operaciones y cuidar sus finanzas y a la administración tributaria para verificar el comportamiento de todos los contribuyentes”.
Esta nueva modalidad había sido aprobada en agosto pasado luego de que la Asamblea Legislativa, a petición de Hacienda, modificara el Código Tributario con el fin de incorporar el nuevo sistema de facturación.
Dicha propuesta incluía la enmienda de facultades a la administración tributaria para establecer las reglas, forma, plazos y condiciones para el cumplimiento de la obligación de emitir los documentos.
Asimismo, con estos cambios también se podrá establecer las instrucciones tecnológicas para la generación y entrega al receptor de los documentos tributarios electrónicos. Así como las reglas para el otorgamiento del sello de recepción.
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“Se entenderá como documento tributario electrónico, el documento tributario generado, firmado y transmitido electrónicamente a la Administración Tributaria y que cuenta con el sello de recepción otorgado por la misma”, dice el artículo 119 B de la propuesta aprobada hace algunos meses.
Por otro lado, el artículo 119-H de la reforma dice que “la administración tributaria podrá proveer a los contribuyentes una solución tecnológica gratuita para facilitar la emisión de los documentos tributarios electrónicos y de sus representaciones gráficas”.
Propuesta llevaba varios años en espera
La idea de que los negocios en el país extiendan faturación virtual, en lugar de física, no es algo nuevo, pues al menos desde 2015 es una propuesta que ya había sido discutida y aprobada en la Asamblea Legislativa.
Sin embargo, el concepto de facturación electrónica aprobado en ese año formaba parte de la ley de Firma Electrónica, la cual, a la fecha, sigue sin aplicarse y el gobierno, por su parte, prefirió modificar el Código Tributario antes de utilizar el marco legal ya aprobado para echar a andar el nuevo mecanismo de facturación.
De hecho, en mayo del año pasado, el gobierno señaló que el mecanismo tardaría seis meses en iniciar mientras se contrataba un proveedor de servicios certificados para la firma electrónica, sin embargo, se atrasó más de lo previsto.