El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) llevó a cabo la semana pasada la Reunión Ordinaria número 62 de la Asamblea de Gobernadores en la ciudad de Mérida, México, en la cual participan representantes de los gobiernos de los distintos países que conforman el organismo.
Dentro de las propuestas que se discutieron durante la asamblea, según el presidente del Organismo, Dante Mossi, está la de aumentar el capital del que dispone el Banco para el financiamiento que otorga a los países miembros, el cual asciende actuamente a $7,000 millones y que podría aumentar hasta los $10,000 millones.
De aprobarse este aumento El Salvador podría incrementar considerablemente el techo de su deuda que, de acuerdo a Mossi, asciende a la fecha a unos $650 millones, pero que podrían convertirse en unos $1,000 anuales de aprobarse la iniciativa.
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Ese escenario daría paso a que el organismo regional facilite aún más la deuda para el país, el cual ya se encuentra en una situación delicada pues, como lo han señalado anteriormente organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ritmo de endeudamiento es insostenible.
En el último año, el BCIE se ha caracterizado por ser el organismo multilateral que más dinero ha facilitado al país en concepto de créditos, algo que ha sido cuestionado por distintos sectores tras el deterioro del perfil crediticio de El Salvador así como su elevado riesgo de impago.
Las tres calificadoras de riesgo más prestigiosas Fitch Ratings, Moody’s y Standard and Poor’s han rebajado el perfil crediticiao del país a niveles de “bonos basura”.
No obstante, y pese a esa imagen negativa que El Salvador tiene actualmente, el presidente del organismo señaló ayer, durante una conferencia realizada en Honduras que “el BCIE ve un riesgo de impago muy bajo”.
De hecho, el director del BCIE para El Salvador, Luis Rodríguez, afirmó durante una entrevista televisiva en el canal estatal que el 90% de los proyectos que ha anunciado el gobierno son financiados por la entidad regional.
Ante la consulta que hizo El Diario de Hoy acerca de los motivos que tiene el banco para facilitar financiamiento a El Salvador en un contexto de baja calificación, Mossi afirmó que “desde que el BCIE fue fundado en los años 60, fue creado para los países centroamericanos”, por lo que añadió que parte de los objetivos de la institución es “prestarle a los países en Centroamérica que tengan problemas con su calificación de riesgo, ya sea por aspectos políticos o económicos”.
“Conflicto de intereses”
Uno de los motivos por los cuales los préstamos que el BCIE da a países como El Salvador o Nicaragua son criticados es debido a la facilidad y poca supervisión que el organismo aplica a la hora de asignarlos, según explica el economista salvadoreño Rafael Lemus.
Un ejemplo de ello es que, en 2021, el gobierno redirigió un préstamo que había adquirido anteriormente con el organismo para impulsar la adopción del Bitcoin en El Salvador, una ley que también generó efectos negativos en los mercados.
Asimismo, recientemente el mismo BCIE suscribió un contrato de préstamo por $200 millones con el país que irían destinados a compensar el gasto por subsidiar el costo de los combustibles en el país, sin embargo, fueron reorientados para la operación de recompra de bonos soberanos de 2023 y 2025 y anunció el presidente Nayib Bukele en julio pasado.
A propósito de estos cambios en la finalidad de esos préstamos con respecto al uso que se les daría al momento de suscribirlos, Mossi afirmó en la conferencia de ayer que “los préstamos del BCIE son para el Tesoro (fondos generales de los países), lo que el gobierno decida hacer con el dinero no es decisión del Banco”, afirmó.
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Esta aseveración, según Lemus, refleja los pocos requisitos y la “floja” supervisión que el organismo mantiene sobre los países miembros, algo que tendría que ver con un “conflicto de intereses”, según el economista.
Lo anterior debido a que, según Lemus, “el BCIE tiene un conflicto de interés cruzado; por un lado los gobiernos forman parte del directorio (aprueban préstamos) y por el otro extienden la mano para pedir esos préstamos”, algo que le daría lógica a que países con baja calificación como El Salvador y Nicaragua sigan manteniendo esa fuente de financiamiento.
“Los que aprueban son los que solicitan los préstamos”, señala el economista como referencia a ese conflicto de intereses que hay dentro de la entidad.
Países miembros estarían en contra
Según una publicación del periódico Confidencial, de Nicaragua, la propuesta de incremento de capital que propuso el BCIE habría sido rechazada por varios países (Guatemala, Costa Rica y Panamá), una postura que podría obedecer a la desconfianza que tienen esos países “en el manejo de las finanzas del banco”.
Lo anterior debido a que el exrepresentante de Costa Rica ante el BCIE, Ottón Solís, expuso en un artículo a finales del año pasado el derroche en altos salarios y viáticos que realiza la entidad, algo que el exmiembro del directorio calificó como “los abusos de la cúpula” del banco.
Ante eso, un mes después del artículo, una carta firmada por nueve países miembros exigía transparencia a los gobernadores del organismo, sobre todo, por el deterioro de las finanzas del banco.
Según explica Lemus, la propuesta de elevar el capital del Banco iría encaminada a disminuir el procentaje que ocupan esos gastos en el presupuesto general de la institución. “Elevar el capital disminuye la ineficiencia en los gastos administrativos”, explica el economista.
Ante la propuesta, Mossi se limitó a apuntar ayer que “hay voluntad “de los gobernadores” de aumentar el capital del banco”, y afirmó que la Asamblea mostró interés pero que pidieron información técnica extra para respaldar la propuesta, por lo que el aumento en la capitalización podría ocurrir hasta después de la siguiente reunión ordinaria de la Asamblea de Gobernadores.
“El banquero que sonríe a dictarores”
Además de esos señalamientos por los gastos administrativos, la entidad también ha sido ampliamente cuestionada por facilitar financiamientos a países sumidos en crisis políticas como Nicaragua, El Salvador y, en su momento, Honduras.
Por ello, un reciente artículo publicado por El Faro, señala a Mossi por ser un “banquero que le sonríe a dictadores”, debido a su estrecha relación con el gobierno de Bukele y el de Ortega.
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De hecho, uno de los puntos más criticados fue que el organismo continuó facilitando créditos al régimen orteguista aún en la coyuntura de represesión a las protestas ciudadanas que ocurrieron entre 2018 y 2019, tanto así que a finales de 2021 varios ciudadanos nicaragüenses radicados en Costa Rica, protestaron contra el banco por “financiar la represión” en su país.
Según Lemus, el conflicto de intereses antes mencionado es lo que permite a estos países mantener una corriente de financiamiento pese a la mala imagen en los mercados, sobre todo, porque Dante Mossi necesita de los votos de los representantes de estos países para poder reelegirse.
Sin embargo, y por el antecedente de aversión que hay de ciertos países hacia la administración del BCIE, el economista considera que estos gobiernos, como el mexicano o el costarricense, que estarían en contra de seguir extendiendo estos créditos, podrían poner un freno a la situación y bloquear la reelección de Mossi al frente de la entidad.