Los gastos públicos se han elevado a un nivel todavía superior al de sus ingresos, lo que se traduce en un déficit fiscal, al menos hasta octubre, bastante importante, pues es superior al mismo periodo de 2023, señala un informe de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde).
Hasta el décimo mes del año, los gastos públicos superaron a los ingresos en casi $463 millones, lo que es más grave si se toma en cuenta que el Gobierno ha estado exento, este y el año pasado, de pagar intereses y capital a su deuda con el Fondo de Pensiones, que ya ocupa un tercio de la total.
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Y es todavía más preocupante al comprobar que los ingresos tributarios han sido más altos en 2024 que en 2023 en $500 millones. El gasto público ha crecido hasta unos exorbitantes $7,976.1 millones hasta octubre.
Por ello, la organización también pone la lupa en qué se va ese gasto, pues no sería tan alarmante si buena parte de ese dinero fuera para obras públicas, una inversión que dinamiza la economía y trae réditos en crecimiento en el mediano plazo al país.
Funde señala que el gasto público está concentrado en remuneraciones, transferencias corrientes y amortización de deuda, lo que limita recursos para inversión productiva.
Otro aspecto que agrava el panorama para El Salvador es su bajo crecimiento, ya que no será el vaticinado por el Banco Central de Reserva (BCR). La institución había dicho que en 2024 la economía crecería un 4%, lo que se traduce en un crecimiento robusto.
Pero el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE), una de las principales variables utilizadas por los expertos para hacer un cálculo de cuánto puede crecer un Producto Interno Bruto (PIB), no ha sido el esperado. En septiembre de 2024, la variación interanual del IVAE fue del 1.8%, superior al del mismo mes del 2023 (1.68%), pero inferior al del 2022 (2.97%).
"La actividad económica será positiva al finalizar el año, pero no será a una tasa de crecimiento que requiere el país, como un 4% o un 5%. Hay que observar que el primer semestre del 2024, el IVAE refleja un crecimiento promedio menor con respecto a los semestres anteriores, es decir, de 1.2% promedio, mucho menor que el 4.0% promedio semestral que se registró en el primer semestre del año pasado", indica Funde.
Rommel Rodríguez, coordinador del área de Macroeconomía y Desarrollo de la organización, incluso se animó a vaticinar, durante la presentación de los resultados del estudio, que el crecimiento de 2024 se va a colocar entre el 2.6% y el 2.8%, menor al 3% que calcula para El Salvador el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Funde también analiza el IVAE rubro por rubro y así concluye que el sector construcción presentó una fuerte contracción al inicio del año, aunque se registró una recuperación leve al cierre del tercer trimestre de 2024.
"Este cambio de tendencia en el sector de la construcción puede favorecer una mayor actividad económica al cierre del año", matiza la entidad.
El Índice de Producción Industrial, por su parte, mostró caídas del 5.4% en marzo y 4.2% en junio, evidenciando una actividad industrial volátil y no lineal.
"La dependencia del sector industrial de las exportaciones (principalmente de maquila y textiles) continúa siendo un factor de vulnerabilidad que afecta el desempeño del sector externo", señala la entidad.
Los sectores a los que sí les fue bien fueron el financiero y el turismo.
El que menos inversión atrae
La semana anterior, El Salvador dejó de ser el país con el peor riesgo país de Centroamérica, pues Honduras lo superó. Sin embargo, sigue contando con el título de ser la nación que menos Inversión Extranjera Directa (IED) atrae en la región.
Esa es la realidad al menos en el primer semestre, a la espera de los datos del siguiente trimestre. En los primeros 6 meses de 2024, El Salvador tuvo una IED de $177.23 millones, una cifra causada porque en el segundo trimestre (abril, mayo, junio), el dato fue negativo, de -$11.26 millones. Eso quiere decir que, en vez de recibir, salió esa cantidad de dinero hacia el extranjero.
Esa es una bajada importante con respecto al mismo periodo de 2023, cuando atrajo más del doble y cerró ese año con $730.29 millones. Ese ha sido el mejor registro del país en este indicador desde 2020.
Aún así, el registro fue el peor de toda Centroamérica, al colocarse detrás de Honduras ($856.79 millones), el segundo más bajo, por más de $125 millones. El rey ese año fue Costa Rica, con $3,700 millones, cinco veces más que El Salvador.
Y el primer semestre de 2024 ha sido peor para nuestro país, pues solo se atrajeron $177.23 millones entre enero y junio. Para hacerse una idea de lo pobre de esa cifra, hay que pensar que la Inversión Extranjera Directa de Honduras en el mismo periodo ha sido dos veces y media la de El Salvador, $429 millones. Pero esto no es nuevo: desde 2020, El Salvador es el país con menos IED de Centroamérica, año con año.
Esto a pesar de que el BCR, en marzo de 2024, realizó un ajuste de cifras que muchos expertos consideraron inverosímil.