El emprendimiento social ha emergido como una herramienta importante para abordar problemas sociales y crear un impacto positivo en la sociedad. En este contexto, la Fundación Gloria Kriete (FGK), a través de su programa “Ayudando a Quienes Ayudan”, ha estado liderando el camino para impulsar emprendimientos sociales que buscan no solo generar ingresos, sino también abordar desafíos sociales que afectan a sectores vulnerables y comunidades enteras. Durante los últimos 5 años, este programa ha invertido $390,000 en más de 30 emprendimientos sociales salvadoreños, beneficiando a 5,423 personas en todo el país.
Este año, la FGK ha anunciado a los 10 finalistas de su programa de Emprendimiento Social, quienes compiten por fondos que oscilan entre $10,000, $20,000 y $30,000. Estos fondos servirán como capital semilla para el crecimiento y desarrollo de los proyectos seleccionados. En un proceso altamente competitivo, 40 proyectos fueron escogidos de entre 70 emprendedores. Los ganadores de esta categoría serán revelados en un evento que se llevará a cabo el próximo 25 de octubre.
La directora ejecutiva de la Fundación Gloria Kriete, Juana Jule, explica la importancia del acompañamiento que brindan a los emprendedores. Durante 12 semanas, los participantes reciben capacitación formativa para comprender mejor el entorno del mercado, gestionar sus finanzas y fortalecer sus conocimientos legales. Este proceso lo conocen como “incubadoras”, y el objetivo es garantizar que los emprendedores lleguen al programa fortalecidos y preparados para enfrentar los desafíos del emprendimiento social. Las “incubadoras” tienen dos años de implementación, y este 2023, más de 50 personas aplicaron para ser capacitadas.
Francisco Pérez, director para Latinoamérica del centro de emprendimiento en el INCAE, quien también se desempeña como jurado en la selección de los ganadores, subraya la creciente popularidad del emprendimiento social en los últimos años.
A diferencia del emprendimiento comercial, el enfoque del emprendimiento social es doble: además de buscar la rentabilidad económica, se centra en abordar desigualdades y desafíos sociales. Pérez menciona como ejemplo, el Grameen Bank, fundado por Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz en 2006, que popularizó el concepto de emprendimiento social al otorgar créditos pequeños a mujeres de bajos recursos en Bangladesh, empoderándolas económicamente.
Adda de Molina, impulsora de la aceleración digital en el triángulo norte y también jurado en la selección de emprendimientos sociales, subraya la necesidad de fortalecer las “incubadoras”. De Molina destaca la importancia de la digitalización en las pequeñas y medianas empresas, ya que muchas de ellas no están preparadas para enfrentar el desafío del comercio electrónico y expandirse más allá de sus fronteras nacionales.
Desde el 2018 la Fundación Gloria Kriete a través del programa Ayudando a Quienes Ayudan ha impulsado, acompañado y generado espacios para el crecimiento de Emprendedores Sociales que tengan en su modelo de negocio la generación de impacto positivo en la vida de otras personas y que cumplan con la línea de triple impacto: económico, social y ambiental.
Más de 800 jóvenes encontraron su primer empleo a través de Fundación Gloria Kriete