"En el Pacífico no hay ningún hub regional, un lugar donde las empresas puedan colocar sus mercancías, por ejemplo, cuando está seco el Canal de Panamá y no pueden cruzar, que ahora pasa más frecuentemente. El Salvador debe definir sus planes para aprovechar esta oportunidad única", dijo el costarricense Guillermo Matamoros, exsecretario técnico del Consejo Nacional de Concesiones de Costa Rica, para El Diario de Hoy en marzo de este año.
Si bien en esa ocasión se refería a la posibilidad de que El Salvador le concesionara sus puertos a la empresa turca Yilport (lo que se cumplió), sus palabras también pueden usarse para ponerle contexto a una de las grandes promesas de campaña de Nayib Bukele en su primera contienda presidencial, en 2019, es decir, el aeropuerto del Pacífico, que dotará de una terminal aérea al oriente de El Salvador.
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En las palabras de Matamoros, además, había una crítica a su propio país, Costa Rica, al que le señala apatía con respecto a su puerto principal en el Pacífico, Calderas, precisamente aquel al que arribaba el ferry que conectaba esta terminal con el Puerto de La Unión. De allí que surja una pregunta, además de la imprescindible de su conveniencia, ¿contra qué competiría una infraestructura como el aeropuerto del Pacífico, que costará $328 millones (al menos según lo han revelado autoridades del CAF)?
Según el economista Rafael Lemus, la gran potencia en logística en la región es Panamá, no solo por su canal (hasta ahora, único en el continente), sino por su principal terminal aérea, el Aeropuerto Internacional de Tocumen, en la capital.
Respecto a este país, su gran apuesta ha estado en ampliar lo que ya tiene, que ya es grande: ese aeropuerto es un hub de vuelos entre el Sur y el Norte del continente. De allí que cuente con más de 100 puertas de abordaje. Algo que deja muy pequeño, por ejemplo, al actual aeropuerto de El Salvador, con unos 4 vuelos por hora. Ni hablar del canal de Panamá, aunque ha tenido problemas con las sequías, que su gobierno busca combatir, precisamente, con las nuevas obras.
El segundo gran competidor para Lemus es Costa Rica, que ha trabajado, también, en ampliar su aeropuerto principal. En el caso de este país, también ha dado pasos como iniciar el proceso para integrarse al Acuerdo Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés).
"Costa Rica ha sido invitada para iniciar el proceso de incorporación al acuerdo transpacífico. Este es uno de los acuerdos comerciales más ambiciosos y relevantes del mundo, compuesto por 12 economías de 4 continentes que en su conjunto representan el 15 % del PIB mundial y un mercado de 600 millones de consumidores", declaró el ministro costarricense de Comercio Exterior, Manuel Tovar, en noviembre, cuando se anunció la noticia.
En efecto, Costa Rica está cerca de unirse a una mancomunidad integrada por potencias como Japón, Australia, Malasia, Nueva Zelanda, Brunéi Darussalam, Vietnam, Canadá, Chile, México, Perú, Reino Unido y Singapur.
Y en tercer lugar está Nicaragua y su siempre latente proyecto de un canal interoceánico propio, que le compita directamente al de Panamá. Esta idea ha estado en el aire por décadas, pero nunca se concreta.
Pero, para Rafael Lemus, no algo que deba dejarse de tomar en serio, sobre todo después de que Daniel Ortega, mandatario de ese país, ofreció a China el proyecto de construir un canal interoceánico, está vez con una nueva ruta en la que, en vez de atravesar el Gran Lago, pasaría por el lago Xolotlán o de Managua.
"Esto de que Trump haya salido a decirle al Gobierno de Panamá que debe 'devolver al canal' no es casualidad… es síntoma de que es bastante factible que China, con el control total, haga posible el proyecto en Nicaragua, que exigirá unos $50,000 millones", comenta Lemus. Al proyecto también de podrían sumar empresas rusas.
Los otros países de la región, Guatemala y Honduras, tampoco han anunciado infraestructura nueva, aunque sí han ampliado y concesionado sus terminales, como el de Cortés.
Para Merlin Barrera, especialista en Políticas Públicas y Comercio Internacional, lo más preocupante para El Salvador no debe ser qué hacen o no sus vecinos, sino cuáles son sus objetivos con sus propios desarrollos.
Esa es una ausencia, señala, con el Aeropuerto del Pacífico, pues ni siquiera se ha aclarado si su énfasis estará en el transporte de personas o de carga. Si es lo segundo, ¿de qué tipo será?
Si es lo primero, es necesario preguntarse si hay suficiente demanda o si solo se está pensando en atender al turismo y a la diáspora del oriente del país. En ese caso, lo mejor hubiera sido optar por un aeropuerto más económico, como el Aeropuerto Internacional Daniel Oduber Quirós, en la provincia de Guanacaste, Liberia, Costa Rica.
"Hay proyecto de factibilidad para la construcción, pero no del modelo de negocio… Es como el caso de los puertos de Acajutla y el de La Unión. La factibilidad debe incluir ambas infraestructuras y, por eso, además del asolvamiento en La Unión (que también es grave), se debe aclarar que no es rentable", opina la economista.