El Salvador es el país con la deuda pública más alta con respecto a su Producto Interno Bruto (PIB) de toda Centroamérica, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la institución de referencia a escala mundial en el tema.
Para 2024, la deuda pública de El Salvador representará el 84.4 % del PIB si se toma en cuenta el compromiso con el Fondo de Pensiones. Más de 8 de cada 10 dólares generados por la economía local. Se trata de un número alto con respecto a sus vecinos, pues es el único país de la región en cruzar el umbral del 75 %.
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El segundo país con una deuda pública como porcentaje de su PIB más alto es Costa Rica, con un lejano 60.6 %. El que tiene el registro más bajo es Guatemala, con el 27.59 %.
Para esta nota, también se ha incluido el dato de la previsión del FMI para 2029, que, según el economista Guatemalteco José Luis Moreira, toma en cuenta tres criterios: el crecimiento de la economía, el nivel de déficit primario y las tasas de interés a las cuales consigue financiarse un país.
"Según vemos, El Salvador está mal en todos ellos", comenta Moreira.
En 2029, El Salvador y Guatemala serían las únicas naciones que no lograrían disminuir el porcentaje que su deuda pública ocupa respecto a su PIB, según el FMI. El primero lo aumentaría en más de 3 puntos porcentuales, llegando al 87.82 %. El segundo, en más de 2, aunque seguiría siendo el país con la menor relación entre su deuda pública y su PIB, con apenas 29.70 %, un tercio que el registro de El Salvador.
El caso contrario es el de República Dominicana y Costa Rica, que contarán, según las previsiones del FMI, con las mayores disminuciones de su deuda pública como porcentaje de su PIB en 2029 con respecto a 2024. El primero lo bajará en más de 8 puntos porcentuales; el segundo, en más de 6. Puede consultar los datos del resto de la región en el gráfico que acompaña esta nota.
La insostenible trayectoria de la deuda pública
Según explica el economista guatemalteco José Luis Moreira, que un país cuente con un alto nivel de endeudamiento no es necesariamente algo negativo, siempre y cuando su deuda cuente con una trayectoria sostenible, como en el caso de Japón y Estados Unidos. Esto depende de los tres criterios arriba mencionados: el crecimiento de la economía, el nivel de déficit primario y las tasas de interés a las cuales consigue financiarse.
El Salvador muestra falencias en todos estos indicadores. Por ejemplo, para 2024, será el segundo país que menos crecerá de toda Centroamérica, con un 3 %, solo detrás de Panamá, con el 2.5 %, según datos del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, si el ejercicio se hace respecto a las previsiones de 2029, El Salvador tiene el peor registro, con solo el 2.3 %. En ese año, incluso Panamá mejorará. Consulte el resto de los datos en la gráfica que acompaña la nota.
El crecimiento de El Salvador en 2024 podría ser incluso menor a ese 3 % previsto por el FMI. Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), el sector de la Construcción cayó en abril en más de un 16 %. Este había tenido el mayor crecimiento en los dos años precedentes.
"Las proyecciones de crecimiento que se han dado hasta hoy no incorporan esta pérdida de fuerza de la economía. Es probable que se revisen nuevamente a la baja", dijo el director ejecutivo de Funde, Roberto Rubio, en la presentación de un informe sobre la economía nacional.
Por otro lado, El Salvador solo pudo obtener los $1,000 millones por los bonos emitidos en abril de 2024 al aceptar la cuarta tasa de interés de deuda soberana más alta del mundo, con el 12 %. Así, se colocó solo detrás de Venezuela (12.8 %), Surinam (13.5 %) y Bahamas (13.5 %). Sin embargo, podría superarlos si no cumple con ciertos requisitos ya pactados con los tenedores de los bonos, como lograr mejorar dos gradas en su evaluación de riesgo o un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para obtener unos $1300 millones. Si no sucede ninguna de las dos cosas, la tasa subiría al 16 %.
El Salvador también tiene altos niveles de déficit fiscal (más gastos que ingresos), pues, en el 2023, este fue de más de $50 millones. Podría aumentar en los próximos años.
"La tragedia de que los gobiernos tengan deudas insostenibles es que no pueden financiar otras cosas. Cuando se pagan intereses altos, queda menos espacio para financiar la salud o la educación. Lo paga la gente. Y de manera dolorosa"
José Luis Moreira, economista guatemalteco
Estrategias solo para patear la lata hacia adelante
En el informe titulado "Patear la lata, pero por una cuesta más empinada", el banco de inversión Barclays ha concluido que, si bien la recompra de parte de sus bonos le ha brindado un alivio para 2025 y 2026, el Gobierno de El Salvador tendrá una situación muy complicada a partir de 2027.
Esto es porque financió esa operación a través de una emisión de bonos extremadamente cara (con el 12 % de interés) y con un plazo demasiado corto (con vencimientos parciales en 2028, 2029 y 2030) lo que reafirma los riesgos de sostenibilidad de la deuda. El Salvador emitió $1,000 millones en bonos, pero solo recibió $908 millones, debido a que los inversionistas los adquirieron con descuento para hacer llegar la rentabilidad al 12 % que buscaban, que no se cumplía con lo propuesto por el Gobierno de El Salvador, en torno al 9.25 %.
"La operación global se tradujo en un mayor coste medio de los intereses de los eurobonos. Esto, en medio de una falta de claridad del ajuste fiscal, refuerza las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda", dice la entidad.
La tasa de interés de estos instrumentos ha llegado a un promedio, gracias al ajuste realizado por el gobierno de El Salvador, del 8 % de interés, por lo que es apenas inferior al de la deuda de corto plazo comprada a los bancos locales, comúnmente apodada como la "tarjeta de crédito del Estado", por asemejarse en sus inconvenientes a estas. La deuda de Letras del Tesoro (LETES) y Certificados del Tesoro (CETES) tiene un interés promedio del 8.3 %.
"Sin embargo, más allá del aumento de los niveles nominales, nuestra mayor preocupación se centra en la sostenibilidad, mientras la factura de los intereses sigue aumentando", dice el banco. Detrás de este problema hay, también, aspectos políticos.
"Que la Asamblea Legislativa haya perdido autonomía como poder del Estado puede ser un problema. Por tanto, la cuestión fiscal y la sostenibilidad de la deuda están a la merced del presidente. Si toma decisiones irresponsables, la situación fiscal va a empeorar en el país", dice el economista guatemalteco José Luis Moreira.
También el peor para atraer inversión
Otro registro en el que El Salvador está a la zaga de sus vecinos centroamericanos es el de la Inversión Extranjera Directa (IED). En 2022, por ejemplo, el consolidado del año fue de $171 millones, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL). El número es tan bajo que representa solo el 21 % de lo registrado por el segundo peor, Honduras, que tuvo $818. Ni hablar de la comparación con el mejor, República Dominicana ($4,099 millones), que tuvo 24 veces más IED que El Salvador.
En 2023, El Salvador fue el único país de Centroamérica que no cruzó la marca de los $1,000 millones en Inversión Extranjera. Se quedó en $760. El mejor ese año fue Costa Rica, con $4,687 millones, seis veces más que nuestra nación.