El emprendimiento femenino en América Latina llega al 50 %, según datos del Banco Mundial, y en países como Guatemala, Colombia o México las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de poseer un negocio, lo que ha provocado la necesidad de aumentar el apoyo en las capacitaciones, la inclusión y financiamiento para que sean visibles y exitosas.
En la región existen 17,217,911 pequeñas y medianas empresas y la mitad de ellas son fundadas y dirigidas por mujeres, contribuyendo al producto interno bruto (PIB) en un 25 %, como lo indica el estudio de 2021 de Global Report del GEM (Global Entrepreneurship Monitor).
La falta de oportunidades laborales y la pandemia abrieron un espacio para que las mujeres fueran dueñas de su propio negocio, con casos de éxito, y muchas de ellas ahora cuentan con apoyo de empresas financieras, de mensajería, tecnología o startups, pero no siempre el camino es fácil para acceder a préstamos.
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Hoy exporta café
En Guatemala Maritza Roque soñaba con ser una gran productora de café y, luego de superar un cáncer, regresó a los cafetales pero los precios y la ganancia no llenaban sus expectativas.
Ante esa situación su hijo, Josué, junto con otros socios se dieron a la tarea de estudiar el mercado en EE.UU. en donde el consumidor paga de 3 a 5 dólares por una taza de café. Tras pruebas y ensayos se enfocaron en ofrecer grano tostado de alta calidad, además de ayudar a las mujeres caficultoras.
Abbigail Graupner, una estadounidense afincada en Guatemala y que conoció la situación de las productoras, se interesó por esta historia y junto con su amiga Alene Seiler-Martinez fundaron Chica Bean, una pequeña empresa de mujeres que ahora exporta café tostado a EE.UU., Asia y Europa.
“Probamos con el café oro, pero no era rentable así que decidimos tostarlo en Guatemala para que toda la cadena de valor y las ganancias se quedaran aquí”, explicó.
Así se enfocaron en “clientes que están acostumbrados a pagar un buen precio por un café de alta calidad”. Tras una experiencia previa de Graupner en el mercado de las flores, y al tener como referencia el modelo de mensajería internacional de UPS, lograron contactos para llegar con su producto a EE.UU.
En este proceso conocieron el programa bandera “Orgullosamente Imparables” de UPS, que apoya a emprendedoras y mypimes con asesorías, programas de educación financiera y envíos para que sus productos puedan trascender y ser exitosos.
Lo que en un principio fue trabajar con 6 productoras de café y 4 en la empresa hoy su fuerza laboral está en 19 mujeres, más una cooperativa, 8 personas en el área administrativa y una tienda de café.
Fajas que transforman
“Nuestro cuerpo es un tributo”, afirma la colombiana Viviana Millán, gerente general y cofundadora de Fajas Tributo, que no solo se enfoca en mujeres con tratamientos quirúrgicos sino que ahora le apuesta a la inclusión con su producto para la comunidad LGTBI.
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Millán, que se dedicó por un tiempo a diseñar trajes de baño a la medida en Cali, cambió el nicho de su negocio cuando llegó a Cúcuta y se enfocó en fajas a la medida para tratamientos de belleza y cirugía.
“En menos de un mes ya tenía la mayoría de contactos de médicos en Cúcuta y me fue muy bien por este plus que se le puso” una faja personalizada con tallas reales. A partir de ese éxito, en Bogotá creó su marca en 2009 para luego abrir, en 2018, un e-commerce con EE.UU.
De la mano con su hija, Valentina Ramírez, jefe de comunicaciones y marketing de la empresa, hoy su producto está en el mercado europeo, en Kenia (África) y hasta en Australia con una salida de 4,500 fajas personalizadas al mes con el apoyo de UPS.