A partir de ayer los combustibles dejaron de ser subsidiados por el gobierno a través del decreto que, desde abril 2022, permitió que los salvadoreños llenaran los tanques de sus vehículos sin pagar por algunos meses impuestos como IVA, FEFE y Cotrans, cuyo gasto significó unos $50 millones por mes, según cifras dadas en su momento por el Ministerio de Hacienda.
Sin embargo, debido a que la situación del mercado internacional del petróleo ha permitido que la gasolina superior y regular bajen de precio, estas ya no necesitaban ese subsidio desde hace varias semanas, por lo que la eliminación del subsidio no provocará cambios o afectaciones en los bolsillos de los usuarios de vehículos particulares.
¿Pero qué sucede con el diésel? Hasta el 31 de diciembre, el diésel era el único combustible que aún era subsidiado debido a que el precio de mercado es superior al que se había fijado ($4.14) y, de hecho, con los nuevos precios de referencia que publicó el Ministerio de Economía para el período del 1 al 9 de enero, se confirma que, sin subsidio, el diésel pasará a costar $4.30 en la zona central, $4.31 en la occidental y $4.34 en la oriental.
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Ante esta situación y en vista que ese tipo de combustible es mayormente utilizado en los buses del transporte público o en los camiones que transportan mercadería en la región, el presidente de la de la Asociación Salvadoreña de Transportistas Internacionales de Carga (ASTIC), Raúl Alfaro, dijo a El Diario de Hoy que el precio del flete terrestre, es decir, la tarifa por transportar mercancía de un lugar a otro, podría aumentar ya sin ese subsidio al diésel.
Eso se debe a que es una de las materias primas que más costos supone para el funcionamiento de las empresas de transporte de carga.
Según Alfaro, para realizar una entrega el 40% de los gastos de funcionamiento corresponde a la compra de diésel, por lo que un aumento en ese carburante se traduciría en un aumento en el cobro por el servicio para compensar el alza.
“A nosotros (los transportistas) nos toca corregir el valor del flete”, señala el empresario y apunta que es la única salida que le quedaría al sector para evitar pérdidas.
“Si sube el diésel se tendrá que subir el precio del flete, pero este aumento es solo para compensar el alza de los combustibles”, recalca.
No obstante, el presidente de ASTIC también afirma que ve muy probable que el precio del diésel baje de precio en enero, debido a que el mercado internacional ya no se encuentra en la situación que llevó a que los precios se dispararan a partir de marzo, luego de la invasión de Rusia a Ucrania, por lo que el valor del petróleom tiene ya varios meses de haberse estabilizado.
Esto también lo subraya la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Leonor Selva, quien recalca que desde principios del segundo semestre de 2022 ya no era efectivo el decreto de suspensión de impuestos a los combustibles, pues los precios internacionales ya habían bajado y ya no había desembolsos de parte del gobierno.
Por ello, la representante del rubro empresarial considera que el discurso oficialista de los últimos meses obedeció a una ficción, pues el subsidio ya no tenía un impacto real en el precio de los combustibles que se consumen a diario.
Ante esa situación, Selva señala que “mientras el precio de los combustibles sigan la misma tendencia que han mantenido en el segundo semestre del año pasado (con precios hacia la baja) no habría mayor impacto en el corto plazo”.
No obstante, apunta que si los precios vuelven a dispararse por cualquier coyuntura, “esperamos que el gobierno vuelva a reaccionar oportunamente” para evitar efectos negativos en la población o en los sectores como el representado por la ASTIC.
Esa posibilidad de que el diésel siga subiendo en enero es real, pues la ola de nevadas en Estados Unidos en los últimos días ha aumentado la demanda de ese combustible y también ha mermado la producción, dos aspectos que podrían impactar en los precios.
Gobierno debe ser transparente
Por otro lado, Alfaro destaca que un aspecto que más afecta al sector es cómo se calculan los precios de referencia en el país, pues según el empresario de transporte no se conocen los procesos pero considera que hacerlo de forma transparente puede ayudar al rubro.
Esto es por que, según el presidente de la ASTIC, los precios en el país se calculan con base en la especulación y algunas empresas importadoras fijan los precios según los costos futuros del petróleo y no según el valor al que se facturó al momento de la importación del producto.
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Alfaro añade que además de visibilizar que los precios vayan más acorde al mercado también es importante tomar en cuenta otro aspecto que va más allá del subsidio y es que el gobierno debería fijar los valores de referencia cada tres meses, al menos para el diésel, para no afectar a los transportistas ni a los clientes de ese servicio.
Lo anterior se debe a que la dinámica de cambio de precios quincenal hace que los costos no sean muy estables para el sector y un ejemplo de ello es el comportamiento que tuvo el diésel en el año previo al decreto de fijación, pues fue un período durante el cual hubo mucha volatilidad pero siempre con tendencia hacia la alza.
Solo entre marzo de 2021 y marzo de 2022, el diésel aumentó de precio hasta en $1.33, una cifra que se traduce en un alza de más del 45%, según datos de Economía.