El Salvador recibirá un préstamo por $500 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para destinarlo a promover la sostenibilidad macroeconómica y fiscal, informó la entidad financiera.
Este financiamiento del BID, denominado préstamo especial de desarrollo, ofrecerá apoyo presupuestario crucial al país mientras el gobierno implementa reformas estructurales clave, indicó la entidad en un comunicado.
Este préstamo llega tras un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual le ha abierto las puertas de otros organismos financieros para acceder a nuevos créditos; dicho acuerdo se oficializó el pasado 26 de febrero y las condiciones fueron divulgadas el pasado 3 de marzo en un extenso documento.
VER: FMI publica el informe sobre finanzas que el gobierno le prohibió revelar en 2023
El objetivo del financiamiento es que el país avance en restaurar la sostenibilidad fiscal, fomentar el crecimiento económico y fortalecer la resiliencia del país, apuntó el BID.
"La financiación del BID aprobada por la Junta Directiva del BID proporcionará al país el espacio fiscal para avanzar en reformas para aumentar los ingresos fiscales, reducir la deuda pública, reconstruir las reservas internacionales y mejorar la gobernanza y la integridad financiera", dice el organismo multilateral.
El Banco informó que esta reciente operación se enmarca dentro de una serie de iniciativas aprobadas desde 2016 que buscan respaldar las reformas de políticas públicas y el fortalecimiento institucional en El Salvador.
Entre estas iniciativas previas se incluyen proyectos destinados a mejorar la administración tributaria y aduanera, así como medidas implementadas para mitigar los impactos económicos y sociales derivados de la pandemia de COVID-19, añadió.
De acuerdo al BID, los términos del préstamo es que tendrá un vencimiento de siete años, un período de gracia de tres años y una tasa de interés basada en SOFR (Secured Overnight Financing Rate, por sus siglas en inglés) pero es la tasa de financiamiento garantizada a un día y una de sus características es que se basa en bonos del Tesoro de Estados Unidos como garantía.
Esta inyección de capital por parte del BID se produce en un contexto donde, según información previa del FMI, se advertía sobre el aumento de las vulnerabilidades económicas en El Salvador, incluyendo la disminución de las reservas internacionales y una trayectoria insostenible de la deuda pública bajo las políticas actuales.
El FMI también había enfatizado la urgente necesidad de un plan de consolidación fiscal integral para abordar estos desafíos. En este sentido, el apoyo del BID estaría directamente alineado con la necesidad de reformas estructurales que permitan a El Salvador avanzar hacia una mayor estabilidad económica.