El presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Douglas Rodríguez, afirmó este lunes, durante una entrevista matutina en Telecorporación Salvadoreña (TCS) que esa institución no ve "ningún riesgo de impago" para el país a pesar del fuerte endeudamiento que enfrenta.
"El Banco Central de Reserva no mira ningún riesgo de impago, al contrario muchas oportunidades que puedan favorecer y que van a ser el alivio para El Salvador", afirmó.
Según han señalado economistas locales, y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), el alto endeudamiento que el país ha ido acumulando en el último año, hace que esa deuda sea cada vez más insostenible, algo que trae consigo un aumento proporcional del riesgo de impago.
De hecho, en febrero de este año, la agencia calificadora Fitch Ratings degradó la calificación crediticia del país a CCC, lo que se traduce en un "riesgo sustancial" de impago, y que coincide con la calificación que emitió la agencia Moody's en julio de 2021 cuando degradó la calificación de riesgo salvadoreña a "bonos basura".
Según el boletín publicado por Fitch en febrero, acciones como el debilitamiento institucional provocado por el oficialismo en mayo de 2021, al destituir a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al Fiscal General, así como la adopción del Bitcoin han sumado a esa degradación.
En ese sentido, una menor calificación de riesgo hace que las opciones de financiamiento para el país sean cada vez más difíciles de conseguir, debido a la poca confianza de los inversionistas, algo que el país necesita solventar de cara al pago de hasta $800 millones del Eurobono 2023 que El Salvador debe cancelar a principios del próximo año.
Anteriormente, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, también dijo que no existen riesgos de que el país caiga en impago, esto a pesar de que no ha encontrado las fuentes para financiar el pago del eurobono y tampoco se ha materializado la emisión de los Bonos Bitcoin, una alternativa que buscaría el gobierno para obtener nuevas fuentes de endeudamiento.
Rodríguez tampoco especificó si ya existen fuentes de financiamiento para pagar esos $800 millones de deuda.
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Dentro de ese contexto, el hecho de que el acuerdo de asistencia financiera con el FMI no se haya concretado añade aún más al perfil de riesgo negativo que tiene el país, sobre todo, porque la mayoría de inversionistas basan la confianza en los países a partir de los acuerdos que se puedan lograr con el organismo multilateral.
Según dijo Fitch en febrero, la deuda pública total de El Salvador podría llegar al 86.9% del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de 2022.
En ese contexto, la calificadora añadió que el país depende en gran medida de la deuda de corto plazo (colocación de Certificados y Letras del Tesoro), por lo que las opciones de financiamiento en 2022 se volverán más complicadas.