Desde inicios de año, la economía de Estados Unidos ha enfrentado un fuerte aumento en el índice de inflación, con números que no se veían desde hace 40 años, algo que surgió como un efecto de las medidas económicas que tomó ese gobierno durante los primeros meses de la pandemia por covid-19.
Para reducir este impacto en su economía, la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés), que es el equivalente al banco central en los demás países, subió recientemente las tasas de interés, algo que se traduce en que el dinero que los estadounidenses adquieran a través de préstamos se volverá más caro.
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Pero no solo los estadounidenses. Tal como lo apunta el analista en temas económicos David Lubin, en un artículo publicado en el periódico Financial Times (FT), "los países en desarrollo (también) viven sus vidas económicas a merced de la Reserva Federal de los Estados Unidos".
Lo anterior debido a que el experto resume esa influencia en aspectos distintos y que tienen que ver con el fortalecimiento del dólar a medida que la Fed realice sus ajustes en las tasas de interés.
En un primer punto, el analista señala que un dólar más fuerte tiende a afectar al comercio internacional, esto debido a que las monedas de los países en los que no circula el dólar se deprecia frente al valor de este, por lo que a la hora de comprar productos en mercados con dólares circulantes, tiende a pagarse más con la moneda local.
En este caso, las economías en desarrollo tienden a frenar su proyección comercial y, por consiguiente, corren riesgo de volverse aún más pobres, según apunta, pues muchos países dependen en gran medida de esas actividades comerciales.
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Otro aspecto que puede tomarse en cuenta es que con estas medidas, las economías en desarrollo, como el caso de El Salvador, se enfrentan a problemas para adquirir financiamiento, pues en la medida en que las tasas aumentan, también aumentan los créditos que adquieren los países.
Por ello, Lubin añade que estas economías tienden a erosionarse a nivel de solvencia y liquidez financiera.