Así es, el 19 de marzo de cada año es el día del Administrador de Empresas Salvadoreño. Este fue oficializado por Decreto Legislativo No.341 del 7 de marzo de 1985 como resultado de gestiones realizadas por colegas de ese momento.
Inspirada en nuestro día, escribo este artículo para mis colegas Administradores de Empresas de distintas generaciones, ubicados a lo largo y ancho de nuestro país. A todos ellos, les mando un fuerte abrazo de felicitación cargado de orgullo, por el privilegio de ostentar esta destacada carrera de gran valía que nos ha dotado de competencias y herramientas no solo para impactar en nuestra carrera, negocios, conglomerados; sino que también, en nuestras vidas y las de las personas que nos rodean. También extiendo este mensaje a las nuevas generaciones de Administradores de Empresas que, hoy en día, se encuentran en formación profesional en nuestras universidades; y a las autoridades y cuerpo docente de las carreras y Maestrías en Administración de Empresas. A usted mi estimado lector, le invito cordialmente a unirse a nuestra celebración, felicitando a los Administradores de Empresas que le rodean.
Ser un Administrador de Empresas siempre ha sido un reto. A partir del año 2020, este reto se potencializó a raíz de la crisis mundial originada por la pandemia COVID-19, cuyos impactos en las empresas se dieron a nivel interno y a nivel externo, obligándolas a adaptarse en el menor tiempo posible para mantenerse vigentes en el mercado. Estos y otros cambios continúan evolucionando como: la velocidad con la que se adoptan las nuevas tecnologías, la incertidumbre en los ambientes de negocios y los conflictos entre países. Dentro de las organizaciones se introdujo la modalidad del trabajo híbrido por el presencial, se dio paso al uso de tecnologías para la distribución de las tareas, se conformaron equipos de trabajo incorporando a las nuevas generaciones de profesionales Millennials y generación Z, se hacen estrategias para atraer y retener al talento humano, entre otros.
Como Administradores de Empresas contamos con competencias para adaptarnos a estos cambios que demandan flexibilidad y mesura a la vez al momento de tomar decisiones. Aunque nos enfrentamos a una era de cambio acelerado, nuestras competencias para solventar desafíos y los principios de nuestra profesión se mantienen vigentes. Somos planificadores por naturaleza, sabemos organizar y distribuir tareas, conformamos y lideramos equipos de trabajo para la conducción de objetivos y metas, ejercemos control durante los procesos para el desarrollo de planes, entre otras más.
Antes de finalizar, y reflexionando sobre el rumbo de nuestra profesión hacia el año 2030, me gustaría dejar sobre la mesa las siguientes preguntas para que juntos podamos discutirlas en el futuro: ¿Conoce usted cómo estos cambios están impactando nuestra carrera?, ¿Cuáles son los cambios principales que usted visualiza de cara al futuro?, y en este contexto ¿Cómo debería ser el nuevo perfil del Administrador de Empresas?
Concluyo felicitando una vez más a todos los Administradores de Empresas de nuestro país y motivándolos a asistir a los distintos eventos que en nuestro honor se celebrarán. También aprovecho para enviar un agradecimiento especial a todos los colegas con los que he compartido diferentes roles y retos a lo largo de mi trayectoria profesional.
Hoy más que nunca, es importante unirnos como profesionales con el fin de afrontar estos desafíos cambiantes y así poder elevar el nivel de nuestra profesión. Dejo mi contacto para quienes deseen comentarme, ampliar, compartir, etc.: Teodora.urbina@gmail.com
Isabel Urbina de Hernández, Administradora de Empresas