El gobierno pretende comprar en las próximas semanas la deuda que tiene en dos bonos. Uno vence en enero 2023 y el otro en 2025. El valor inicial de ambos bonos era de $1,600 millones, pero tras el abrupto incremento de deuda en el gobierno de Nayib Bukele y el riesgo de que no pague los próximos vencimientos, el precio de mercado de los bonos ha venido cayendo.
Hasta ayer, el bono 2023 estaba al 73.79 % de su valor original y el de 2025 al 34.72 %, es decir que si el inversionista lo compró a un valor del 100%, con los precios actuales solo recibiría el 73 % o el 34% de lo que invirtió en ese bono, si decide venderlo al gobierno.
Bukele dice que comprará "por adelantado" la deuda de El Salvador que vence hasta 2025
Bukele ha querido aprovechar la caída de precio de los bonos, actualmente considerados “basura”, para comprárselos a los inversionistas a un bajo valor. Y para ello pretende echar mano de un préstamo por $200 millones y usar más de $360 millones en reservas internacionales bajo custodia del Banco Central de Reserva (BCR).
Pero aunque use esos recursos, según economistas, no podrá comprar toda la deuda que vence en 2023 y 2025, porque es más de lo que conseguiría.
“Están contratando más deuda para pagar una deuda. Lo peor es que con esa medida no logra completar el vencimiento del bono del 2023 (por $800 millones). La realidad es que para calmar las expectativas del impago, esa medida no lo resuelve. El presidente hizo mucho ruido cuando dijo que iba a recomprar los bonos, pero resulta que no alcanza ni para pagar el 60 %”, explicó el economista Rafael Lemus.
Los eurobonos son papeles de deuda emitidos por el gobierno de El Salvador en el mercado internacional y comprados por inversionistas. Algunos de ellos deciden esperar hasta el vencimiento del bono para recibir los intereses por el préstamo y otros deciden mantenerlo o venderlos en un mercado secundario.
Los bonos salvadoreños siguen perdiendo valor en el mercado financiero
Pero a criterio del economista José Luis Magaña, el precio de los eurobonos en mercados secundarios depende de la confianza que tengan los inversionistas en que el deudor les pague. En este caso, el gobierno de El Salvador está calificado por al menos tres calificadoras de riesgo (Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch Ratings) como deudor con alto riesgo de impago.
“Lo que busca hacer el gobierno es ir al mercado financiero a hacer una oferta a los inversionistas que tengan esos papeles de deuda para comprárselos a precio de mercado. Eso significaría un desembolso de casi $870 millones a los precios de cierre de ayer (lunes). De entrada, podría parecer algo financieramente viable... pero de dónde va a salir el financiamiento (total) si solo obtendrán $561 millones”, dijo Magaña.
El gobierno ha hecho planes con base en los bajos precios de los bonos, pero tras el anuncio el mercado financiero comenzó a subir el valor de los mismos. “No porque el perfil financiero del gobierno ha mejorado sino porque quieren venderle más caro”, opinó la economista Tatiana Marroquín.
El riesgo de impago de El Salvador aumentó casi 10% en solo un mes
Por ejemplo, el precio de los bonos de 2025 rondaba el 34 % de su valor antes del anuncio. Luego, en unas horas, este llegó a superar el 50 %. De acuerdo a Marroquín, esto no es una ventaja cuando es el gobierno el comprador.
Una maniobra arriesgada
“Este tipo de estrategias son sumamente arriesgadas y solo deberían hacerse si hay precedentes que las justifiquen”, agregó Magaña.
Por ejemplo, mencionó que Ecuador hizo algo similar en 2019, pero la medida fue precedida de una auditoría social de la deuda para evaluar qué deuda se podía declarar como “deuda odiosa”.
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“Es decir, hicieron una planificación de mediano y largo plazo, un manejo responsable de las finanzas públicas y un proyecto de país (no de gobierno) claro, construido colectivamente con todos los sectores de la sociedad”, explicó.
En el caso de El Salvador, de acuerdo a la economista Marroquín, no se sabe si se pueda llamar “jugada maestra” cuando las opciones de juego son pocas.
“El Estado salvadoreño quiere comprar su propia deuda, es decir, no pagar a quiénes les debe, sino comprar el bono (que actualmente vale muy poco). Con esa acción podría ahorrarse dinero, pero estaría incumpliendo su compromiso de pagar de acuerdo a lo establecido. Contrario a lo que expresan, no es una muestra de capacidad de liquidez para pagar sino incapacidad de honrar deuda de acuerdo a lo establecido”, dijo.