La agencia calificadora de riesgo Standard and Poor’s bajó ayer miércoles la calificación crediticia de El Salvador de “B-” a “CCC+”, una de las peores posiciones de crédito que pueda tener un país, y que indica, además, que hay una alta probabilidad de que no pague sus deudas.
Con esta revisión, El Salvador obtiene una nota similar a la de países del continente africano como Burkina Faso, República del Congo y Mozambique, que también tienen una calificación CCC+.
Las razones que la agencia dio para bajar la posición crediticia del país se basan en las “vulnerabilidades fiscales y de deuda externa, y su dependencia de condiciones económicas favorables para cumplir con sus compromisos fiscales”.
Esto significa que El Salvador depende de los inversionistas extranjeros para obtener deuda externa, y aún así, en los últimos meses le ha sido complicado conseguirla debido a la situación financiera actual.
La deuda externa de El Salvador es de $11,126 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR) actualizados hasta marzo. Mientras que la deuda interna, es decir, el dinero que El Salvador le debe a los bancos locales, aseguradoras y AFP’s ronda los $6,002 millones que se deben ir pagando en plazos de 365 días. En total, el país tiene una deuda pública de $17,129 millones.
Pero... lo alarmante es que en casi tres años, Bukele ya rebasó a sus antecesores en incrementar esa deuda pública. Desde 2012 hasta 2018 la deuda del gobierno central incrementaba 3.5 %, en promedio, cada año. Una vez Bukele llega al poder, la deuda sube a 19.42 % y en 2021 se queda en 9 %. Pese a esa caída, los niveles de incremento de deuda siguen siendo altos si lo comparamos con el 3.5 % que crecía hace unos años.
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Otras agencias también indican baja calificación
Standard and Poor’s no es la única agencia que ha calificado como posible mala paga al país. El miércoles 4 de mayo se conoció que El Salvador bajó su calificación crediticia a “Caa3”, según la tabla de posiciones de la agencia Moody’s.
Una calificación “Caa3” significa para los inversionistas “un riesgo muy alto” de prestarle dinero a El Salvador.
Es decir, las probabilidades de impago (no pagar) son muy altas. Así como una persona necesita un buen record crediticio para obtener deudas en los bancos o créditos en las agencias, el gobierno también está sujeto a ello para obtener fi- nanciamiento externo.
El gobierno no puede operar solo con lo que le ingresa en concepto de impuestos. Necesita de préstamo para funcionar. Pero, con una baja calificación crediticia, ¿podrá obtener dinero para pagar lo que debe y cumplir con sus obligaciones? La deuda más próxima será la que tendrá que pagar en enero de 2023: $800 millones.
Las principales agencias de calificación de riesgo Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch Ratings ya han advertido de la situación fiscal del país.
En febrero de este año, Fitch Ratings bajó la calificación crediticia del país a “CCC”, y la justificación que dio fue la concentración de poder propiciada por Bukele en los últimos meses.