Seguramente has escuchado durante las compras en el mercado que los comerciantes dicen: “Hoy está más caro el queso porque no ha venido o ha venido muy poco”. Lo mismo pasa con los tomates, los chiles verdes, las cebollas, entre otros.
Desde luego que esto es lo que menos quisieran oír los consumidores, pues son los primeros que resienten los precios al alza de los productos de consumo. Sin embargo, esto tiene una explicación: El Salvador tiene “una alta dependencia alimentaria de las importaciones”. Así lo asegura el Plan Operativo Sectorial 2021 publicado por el Ministerio de Agricultura.
Más de la mitad de los productos alimentarios que se consumen en el país viene a través de las importaciones, y algunos productos alimentarios como las frutas y verduras tienen mayor dependencia. Por lo que el riesgo de desabastecimiento de alimentos en el país es grande.
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Por ejemplo: las frutas y verduras que ingresar al país provienen mayormente de Guatemala, según datos del Banco Central de Reserva (BCR). El Salvador le compró el año pasado, al país vecino, $29 millones en frutas y verduras. En lo que va de este año ya compró $3.7 millones. El MAG asegura en su informe que cerca del 90 % de las frutas y verduras que se consumen en el país es importada.
Asimismo, los productos lácteos como la leche, los huevos o la miel provienen mayormente de Nicaragua. En 2021, El Salvador importó $178 millones en productos lácteos. Y en lo que va de este año, las importaciones ya rondan los $26 millones.
En cuanto a las carnes y despojos comestibles vuelve a estar Ni_caragua a la cabeza con $155 millones que le vendió al país en 2021 y $23 millones que lleva actualmente. Otros países de los que depende El Salvador en menor medida, para el abastecimiento de este producto, es Estados Unidos y Honduras.
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Pero, ¿por qué el país depende mayormente de la importación de alimentos?
“Esto se debe a la baja de tecnificación de las explotaciones ganaderas, baja incorporación de genética apropiada, limitada capacidad de generar valor agregado a la producción, alta dependencia de las importaciones de productos ganaderos, entre otros”, explica el informe del MAG. De la ganadería dependen productos como las carnes y los lácteos.
Una baja producción en los países de origen de los alimentos que consume El Salvador afecta el mercado salvadoreño. Asimismo, la reciente invasión de Rusia a Ucrania ha elevado los precios de las materias primas o los transportes por donde pasan los alimentos.
La canasta básica salvadoreña, tanto urbana como rural, ha aumentado entre $14 y $16 en el último año y ahora se vea amenazada con subir más.
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El Análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) indicó que durante marzo y mayo de 2022, 907,000 salvadoreños estarán en crisis o emergencia por falta de alimentos. Es decir, el 14 % de la población.
En los últimos meses, el país ha enfrentado un incremento progresivo del costo del combustible y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha alcanzado un alza del 6.7 %.