El subsidio a los combustibles "es algo que podemos soportar en nuestra caja fiscal", dijo durante una entrevista en el canal estatal el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, con respecto a la prórroga que se aprobó ayer en la Asamblea Legislativa entorno a esas medidas económicas.
Según el funcionario, desde marzo pasado, mes en que se aprobó el decreto que contenía una serie de medidas relacionadas con el impacto de la inflación, el gobierno ha tenido que "sacrificar" unos $50 millones mensuales debido a la cantidad de impuestos que ha dejado de percibir.
Esos impuestos incluyen la suspensión del impuesto para el Fondo de Estabilización del Fomento Económico (FEFE) y el de la Contribución al Transporte (CONTRANS), así como una fijación en el precio de los combustibles por galón para mantener la exoneración del IVA.
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Al sumar todo lo que ha dejado de percibir el gobierno en estos impuestos, el costo de esas medidas asciende, hasta agosto, a unos $260 millones, según detalló Zelaya, por lo que mantenerlas por casi dos meses más aumentaría la cifra a un total de unos $360 millones solo en el rubro de los combustibles.
El gobierno está dejando de percibir estos fondos en un momento en el que las finanzas públicas se encuentran en una situación delicada, sobre todo, por los próximos compromisos de deuda que el país debe cumplir.
Aún así, Zelaya asegura que "el país mantiene la capacidad de hacerle frente a sus compromisos fiscales", pese a que agencias calificadoras y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) han señalado que el fuerte aumento de la deuda externa y el alto gasto público son dos de los aspectos que más presión han agregado a las finanzas salvadoreñas.
Con respecto a ese gasto público, el titular de Hacienda asegura que decir que hay que reducir el gasto público "es algo muy simplista" y detalló que en el país actualmente hay, de hecho, "un superávit fiscal" debido a la buena recaudación tributaria, no obstante, los diputados oficialistas aprobaron recientemente un préstamo de $200 millones con el BCIE para poder "reponer" estos gastos, por lo que este sacrificio fiscal no se pagará con la recaudación tributaria, sino, con más deuda.
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Por ello, según han apuntado economistas recientemente, y el mismo FMI hace algunos meses, el ritmo de crecimiento de la deuda es "insostenible" debido a que, a la fecha, ya sobrepasó el 83% del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que este tipo de medidas, sumadas a las fuertes remuneraciones por el aumento de empleados públicos en los últimos dos años, hacen que estabilizar el tema de la deuda sea más difícil.
De hecho, anteriormente algunos economistas apuntaron que este subsidio podría ya ser no tan necesario debido a que los precios internacionales del barril de petróleo han comenzado a estabilizarse.
De hecho, al cierre de esta nota, el barril de petróleo del Western Texas Intermediate (WTI), mercado de referencia para los combustibles en el país, rondaba los $89 y $90, un precio bastante lejano de los $130 que llegó a alcanzar en marzo, al momento de la implementación de estas medidas.