La policía china detuvo a más de 200 personas vinculadas a uno de los mayores escándalos bancarios del país, que provocó unas protestas masivas poco habituales.
En abril, tras ser acusados de mala gestión por las autoridades regulatorias, cuatro bancos de la provincia de Henan (centro) suspendieron la retirada de efectivo y congelaron los fondos de cientos de miles de clientes, provocando protestas que en ocasiones terminaron en violencia.
La policía indicó el lunes que había detenido a 234 personas en conexión con el escándalo y que estaban haciendo "progresos significativos" para recuperar los fondos robados.
"Un grupo criminal (...) controlaba ilegalmente cuatro bancos municipales (...) y es sospechoso de haber cometido una serie de graves crímenes", dijo el lunes la policía de la ciudad de Xuchang en un comunicado.
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El sector bancario rural de China se vio impactado duramente por las medidas financieras tomadas por Pekín para contener la burbuja inmobiliaria y la creciente deuda del sector, que han tenido repercusiones en toda la economía nacional.
Los reguladores han ofrecido gradualmente reembolsos a los clientes desde mediados de abril.
El lunes, el regulador bancario y de seguros de Henan prometió devolver el dinero a partir de esta semana a todos quienes tenían depositado entre 400,000 y 500,000 yuanes (57,900 y 72,300 dólares).
Los clientes con cantidades menores ya recibieron su dinero.
La magnitud del fraude, fraguado aparentemente a lo largo de más de una década, provocó un golpe sin precedentes a la confianza de la opinión pública en el sistema financiero de China, indicaron los analistas.
Una gran protesta de los clientes afectados el 10 de julio en la capital provincial, Zhengzhou, fue dispersada violentamente por la policía que golpeó y forzó a los manifestantes dentro de autobuses, según testigos visuales recogidos por AFP e imágenes verificadas colgadas en redes sociales.