El sello del grupo empresarial Progreso ya estaba presente en las pupusas, a través de la cal, pero ahora expande sus negocios en El Salvador por medio del cemento.
Su llegada al mercado salvadoreño con este nuevo producto está acompañada de una inversión de $330 millones, que también abarca operaciones en Costa Rica.
La empresa guatemalteca anunció ayer el inicio de sus operaciones comerciales en el país, como parte de su plan de expansión en Latinoamérica donde ya opera en otros seis países más.
Enrique García, gerente regional de la compañía, explicó que la operación que finalizó el pasado 31 de agosto fue de más de $329 millones. “Fue una adquisición de activos que operaba Cemex (Cementos de México) y que estaba en Costa Rica y El Salvador”, indicó.
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Agregó que los activos que adquirió la empresa son dos plantas de producción de cemento en Costa Rica y un centro de distribución en El Salvador. “Vamos a operar como región, aprovechando nuestra capacidad de producción en Guatemala, en Costa Rica, Panamá y Belice vamos a trabajar como un sistema; estamos buscando ir creciendo”, apuntó García.
El ejecutivo destacó que comenzarán con la comercialización de cemento y luego van a complementarla con mezclados. “Iremos viendo las necesidades de construcción de nuestros clientes”, acotó.
Indicó que, si bien van a continuar con la cartera de clientes que compraron a Cemex y el volumen de ventas que tenía esa empresa, el propósito es ir creciendo en el mercado en los próximos años y estima que la “huella” de Progreso podría llegar a ser del 15% en el país.
“El crecimiento de Progreso no termina con la adquisición de las operaciones en Costa Rica y El Salvador, pero es un proceso que toma tiempo y estamos analizando oportunidades”, afirmó García, quien añadió que la adquisición que anunciaron ayer en el país la están integrando al sistema de la compañía en Centroamérica.
Primero de cal y ahora de cemento
José Raúl González, CEO de progreso, explicó ayer que esta es la segunda vez que entran al mercado salvadoreño, pues ya lo habían hecho hace tres décadas y media con la venta de cal, producto que se ha utilizado en el proceso de cocción del maíz que luego es usado para hacer pupusas.
“Venimos por segunda vez a El Salvador, porque el primer producto que nuestra empresa elaboró en 1899 no fue cemento, fue cal; y desde hace 35 años nuestra cal atiende a una amplia gama de clientes en El Salvador bajo su marca líder Horcalsa”, destacó González.
La cal es usada para la estabilización de suelos, tratamiento de agua, acabados para la construcción, elaboración de azúcar o acero, entre otros, agregó.
“Se ha vuelto un producto de uso ordinario en los salvadoreños, pero en mi opinión el más importante uso que se le da a buena parte de la cal es para el tratamiento del maíz que se convertirá en el alimento por excelencia del salvadoreño: las pupusas”, expresó el alto ejecutivo.
Esa cercanía con los salvadoreños, no solo geográfica sino comercial, ha hecho que su retorno tenga un rostro más familiar para la empresa guatemalteca con 123 años de trayectoria en la industria cementera y 3,800 empleados.
Empleos y ventas en El Salvador
Las operaciones en El Salvador en su centro de distribución que está ubicado en Santo Tomás, departamento de San Salvador, generarán más de 300 empleos entre directos e indirectos, explicaron los ejecutivos de la compañía.
“Venimos con la aspiración que nuestro cemento tenga una mayor aceptación entre nuestros clientes y consumidores en la industria de la construcción”, enfatizó González.
El CEO de la empresa apuntó que pretenden hacer la diferencia en el desarrollo económico y social de El Salvador y la región.
La venta del cemento en más de 70 ferreterías a nivel nacional comenzó desde el pasado 7 de noviembre. Y son alrededor de 200,000 toneladas de cemento las que la empresa ha exportado al mercado salvadoreño, mientras que de cal han sido 24,000 toneladas anuales.
González destacó que El Salvador no solo es el socio comercial más importante de Guatemala, después de Estados Unidos, sino que además es un mercado relevante para el grupo empresarial que representa.
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Indicó que de acuerdo con datos del BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica), las exportaciones guatemaltecas a Centroamérica representan un 38%, mientras que en el caso de El Salvador representan un 55%.
Juan Pablo Ardón, director de país en El Salvador, remarcó que el principal objetivo de la compañía es consolidar la operación que tienen ahora y tratar de buscar que los indicadores de calidad de sus productos sean de los más altos estándares para que los clientes puedan tener la confianza necesaria en la empresa y en la marca.
Agregó que abastecerán el mercado salvadoreño desde las plantas de producción de Cementos Progreso en los otros países y que los tipos de productos que estarán a la venta son: cemento general, de tipo estructural y de mampostería.
“Tenemos un cemento específico para cada uso que se quiera dar en la construcción”, aseguró.
El CEO de Progreso agregó que en la compañía también hay otros productos que son “primos hermanos” del cemento que más adelante podrán ir incorporando, dependiendo del mercado.