Las canoas de los pescadores están varadas en las orillas del río Lempa debido a las pocas lluvias que han caído sobre la zona a causa del fenómeno de El Niño y porque la presa hidroeléctrica 15 de Septiembre retiene su caudal en su embalse. Ya son varias semanas de no salir a pescar y quienes van logran sacar tan solo algunos peces.
Falta ver el río desde el puente Cuscatlán, sobre la carretera Panamericana, para apreciar lo árido y los charcos de agua que tiene el camino del Lempa. Una calle a un costado del puente lleva hasta la orilla.
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En una especie de bahía, formada a un costado del dique, existía una entrada de agua donde muchos de los pescadores aprovechan para sacar tilapias, róbalos, bagres y guapotes.
Debido a la concentración de agua es el lugar ideal para pescar; sin embargo, ahora es solo un pedazo de fango verde y apestoso como resultado de las pocas descargas de agua que lanza la presa.
“Las compuertas no las han abierto, como no ha llovido ese río permanece así seco. Las zonas cercanas a las orillas ahí se pueden ver pescadores, pero como no tiene agua ya no todos bajan”, aseguró María González, una habitante del cantón Puente Cuscatlán en el municipio de San Ildefonso, en San Vicente.
Ella observa con extrañeza el cause del río. “Este año es el que menos agua le hemos visto”, dijo con preocupación.
En el Corredor Seco
San Ildefonso, junto a otros 193 municipios, es una de las localidades que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) consideró con grado severo de sequía por implicaciones del Corredor Seco.
El hidrólogo del Foro del Agua, Oscar Ruiz, apuntó que el fenómeno de El Niño se acentúa más en países como El Salvador, debido a que todo el territorio está inmerso en el Corredor Seco, donde la época lluviosa ha sido más propensa a la sequía, sobre todo ahora con el cambio climático.
“Esto ya es una repercusión a escala de cuenca. Vemos ese hilo de agua que se conduce sobre el río Lempa y es el impacto acumulado de todo lo que está sucediendo en las cuencas de Honduras, Guatemala y El Salvador”, explicó.
Está seco, no hay peces
Un pescador, quien prefirió no identificarse, dijo que la dificultad para conseguir alimentos se incrementa cada año y que no ve que vaya a cambiar en un futuro.
“Ahora es bien raro porque se ve claro que se está secando. El nivel del embalse es menor y hasta para la pesca nos afecta, porque pescado casi no hay”, comentó.
En inviernos anteriores este pescador conseguía hasta 20 libras de pescado en un día y ahora con dificultad llega a 4 libras, según relató.
Al igual que a otros habitantes, esta disminución de peces lo llevó a dejar los botes encallados o boca abajo sobre las orillas.
Santiago Lemus, un agricultor de 81 años de edad y nativo de las riberas del Lempa aún recuerda cómo el río “era un solo nivel y el agua corría libremente”, pero desde que se construyó la presa hidroeléctrica la naturaleza del caudal cambió.
“Mientras no llueva, la presa no abre las compuertas para que salga el agua y se llene abajo, por eso es que se ve todo seco”, explicó.
La cuenca del río Lempa tiene una extensión territorial de 17,926 kilómetros cuadrados y cruza los países del triángulo norte, donde El Salvador tiene el 55.1%, por lo cual se convierte en el más importante y abastece al Área Metropolitana de San Salvador, además de ser la subsistencia de familias en sus riberas.
El Diario de Hoy publicó el lunes que hasta julio los embalses del país han estado operando con niveles similares a los de hace ocho años, cuando el fenómeno de El Niño azotó el territorio.
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Este año las lluvias han sido escazas y por lo tanto las represas podrían no tener la suficiente agua necesaria para operar y puede afectar la generación de energía. Y si la falta de lluvia se prolonga por más tiempo podrían quedar vacías, advirtió un experto en energía.
Los niveles de agua en un embalse se miden por metros sobre el nivel del mar (msnm) y el mayor embalse es el Cerrón Grande, del cual dependen la presa hidroeléctrica 5 de Noviembre y la 15 de Septiembre. Ese embalse, para agosto de 2022 estaba a 48.1 msnm, pero hasta julio de este año había estado por debajo de su nivel óptimo y ayer estaba en 47.6 msnm.
A pesar de que la diferencia en metros es poca y no se logra percibir a simple vista, el impacto que eso causa a los pobladores hace dimensionar el problema.
El hidrólogo señaló que esta sequía y la ausencia de una corriente también afecta la existencia de especies que conviven en los ríos. “Resienten no tener esa dinámica natural con estas alteraciones físicas (las presas). Claro, tiene su funcionalidad porque genera energía, pero en condiciones extremas como estas es donde estas alteraciones al cauce dan a conocer qué tan vulnerables son para el medio acuático”, enfatizó.
Para muchos de los que transitan por la carretera es una parada casi obligatoria ver el río Lempa y su cauce. Pero verlo desolado y con poca agua es una imagen que solo ocurría en el verano, pues en invierno suele verse su gran caudal.
Lissette Meléndez es vendedora de agua de coco en el puente Cuscatlán y los ofrece a los turistas que se bajan a tomarse alguna foto con el río de fondo. Para ella, al igual que otros negocios que colindan con el Lempa, es importante que el río esté lleno.
Pero en esta temporada ha sido difícil, ya que la cantidad de personas que se bajan solo están un par de minutos y se van porque el río está vacío. “No es igual cuando está lleno porque el tiempo de estarse es mayor (viendo el río). Cuando está así (vacío) la venta pasa bien mala”, señaló.