El bullicio del Mercado Central de San Salvador generado por la multitud de vendedores y compradores que cargan bolsas voluminosas y mochilas repletas transitando de un lado a otro evidenciaba ayer las prisas de muchos salvadoreños por adquirir todo lo necesario para la última cena de 2023.
El ambiente se percibía tenso. Los comerciantes ofrecían sus productos a gritos. Todos se veían inmersos en la búsqueda de los alimentos para la celebración del 31 de diciembre y para dar la bienvenida al 2024.
La 7a. Avenida Norte, la 9a. Avenida Sur y la 6a. Calle Poniente que están alrededor del Mercado Central estaban abarrotadas y la carga vehicular por esas calles añadía caos a la experiencia de comprar en vísperas de fin de año.
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Pero para Karla Alejandra Ramírez hay una clara diferencia entre lo que logra vender para la cena del 24 y la de esta noche. “La lechuga está a dólar, el manojo de rábano a dos coras ($0.50), los pepinos a tres por dos dólares, la zanahoria a cuatro por el dólar, los repollos a dos dólares. Lo que se logra vender el 24 no es lo mismo que el 31, ya no hay pisto”, dijo.
Miriam Cecilia Pérez ofrecía pollos enteros desde $5 hasta $20.
Por el lado de los clientes, Francisco Mejía contó que compró las uvas, indispensables para el menú, a $2.50 por libra. Expresó su desagrado por los que se aprovechan en aumentar los precios en estas fiestas, especialmente de las verduras. “Espero que logren bajar los precios para la canasta básica para este Año Nuevo, aunque todo parece ir en aumento”, señaló.
