El 2022 ya se ha consolidado como el año en el que los salvadoreños han tenido que pagar más por los alimentos que consumen, pues los precios de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), tanto para el sector urbano como para el rural, han alcanzado cifras históricas desde que se tiene registro.
A pesar de que septiembre pareció ser un mes en el que los precios comenzarían a bajar, los datos de octubre y noviembre indican todo lo contrario, pues esos valores han incrementado.
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A noviembre, los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC), anteriormente manejados por la Digestyc, arrojan que la canasta urbana ya superó los $240, un precio bastante elevado que se traduce en un aumento de $0.77 con respecto al mes anterior.
Por su parte, la canasta rural tuvo un aumento menor, pues pasó de costar $138.36 en octubre, a costar $183.47 en noviembre.
Sin embargo, en este punto hay que añadir que, pese a que ese aumento es solo de $0.11, la CBA para ese sector viene de un alza de casi $10 entre septiembre y octubre.
Lo anterior debido a que en septiembre los alimentos que compran las familias de la zona rural valían $173.97, por lo que el precio se disparó considerablemente.
El cálculo de ese costo de la Canasta Básica que realiza la ONEC es basado en el consumo que realiza una familia de 4 integrantes, por lo que las familias más numerosas en el país tienen que gastar aún más para adquirir sus alimentos.
De hecho, el costo es aún más alto debido a que una familia que se sostiene con un salario mínimo del sector comercio ($365) debe destinar la mayor parte de sus ingresos solo para comprar comida, mientras que lo restante debe distribuirlo en el pago de servicios y de otras necesidades como emergencias de salud, educación o entretenimiento.
Por esta situación es que en reiteradas ocasiones durante el año organizaciones como el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) señalaron que el salario mínimo no es suficiente para cubrir las necesidades básicas, pues sumado a esos gastos hay que aplicar los descuentos de ley, algo que deja un sueldo líquido de alrededor de $327 mensuales.
Asimismo, el dato de la ONEC refleja que, pese a que los niveles de inflación en el país se han mermado en los últimos meses (luego de alcanzar el 7.8% en junio), el precio de los alimentos no se ha comportado en la misma tendencia, pues lejos de disminuir han aumentado.
Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), valor sobre el cual se mide la inflación y que es publicado por el Banco Central de Reserva (BCR), los alimentos y bebidas no alcohólicas son, precisamente, el rubro que más ha subido en el contexto inflacionario.
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El otro rubro que le sigue es el de la recreación y cultura, es decir, actividades de entretenimiento, un sector que ha incrementado hasta en un 9.5%, aunque es una cifra menor a la registrada en meses anteriores, cuando llegó a los 10.4% en octubre.
Los datos de la ONEC arrojan que hace un año la CBA urbana tenía un costo de $212.55, es decir, casi un 12% menos de lo que vale hoy, mientras que la rural tenía un valor de $153.55, lo que equivale a casi $30 menos (o 19% menos) en el gasto para las familias salvadoreñas.