“¡Todo ha subido de precio! No podemos darlo al mismo precio”, comentó una vendedora del campo de la Feria, al sur de la capital. Comerciantes, que piden omitir sus nombres, justifican los nuevos precios señalando que el costo del quintal de papa ha aumentado. Actualmente el saco de papas vale $32 dólares, antes el precio era de $20 dólares; el saco de 100 elotes costaba $8, ahora $24; y el saco de yuca tiene un costo de $55, exponen los comerciantes para justificar los precios que encuentran ahora los visitantes.
Los tres productos mencionados por los vendedores pueden ser el reflejo del alto costo en el país de la canasta básica. En enero la Canasta Básica Alimentaria (CBA) Urbana superó los $245, mientras que la CBA Rural se colocó en $185.26, lo que las convierte en las más caras de los últimos 21 años, es decir, desde 2001, año en el que inician los registros que maneja el gobierno.
Para los comerciantes de la feria, esta es una de las épocas donde pueden hacer más negocio; en cada local o puesto, la demanda puede ascender a por los menos tres sacos de papa, e igual cantidad de yuca y elotes. El estimado de inversión ronda los $111 al día, según los mismos emprendedores.
Sin embargo, al alimento base para preparar los tan demandados elotes locos, churros españoles, papas o yuca frita se suma los aderezos que acompañan el platillo. Así que es otro costo que se suma y por ende el platillo va elevando su precio.
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El costo del galón de mayonesa o salsa negra es de unos $5.00, según una vendedora. También hay que sumar el costo del queso. Ella usa cinco libras diarias de queso, la cual tiene un valor de $2 por libra. Además de un bidón diario de aceite, con precio de $36.00. A inicios de año hubo reporte de que el queso salvadoreño aumentó $0.50 por libra.
Pero la suma de los costos aún no termina ahí; los comerciantes también deben invertir en gas propano. El tambo que utilizan tiene un costo de $11 (sin subsidio) y les durará dos días.
“Cada uno de los puestos que están acá tuvieron que invertir más de mil dólares en todos sus productos” comentó un vendedor. Eso sin contar el alquiler del espacio que ocupan para vender, ni el pago de luz y el agua, añade.
Según los vendedores, los dos dólares que cobran en todos los puestos de la feria es un precio mínimo a comparación a todo lo que ellos deben de invertir.
Lejos de las cuentas que hacen los comerciantes; en las redes sociales han comenzado a multiplicarse los comentarios sobre el precio de las comidas más demandadas en el campo de la feria, que antes tenían un precio de $1.50, pero ahora valen $2.00.