El alza en el costo de la vida, y sobre todo de los alimentos, continúa siendo una de las principales afectaciones en las familias salvadoreñas, pues hasta enero de 2023, que es el dato oficial más reciente, el precio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), tanto para el sector urbano como el rural, ha seguido en aumento.
Según las cifras que maneja la Oficina Nacional de Estadística y Censos (ONEC), la CBA Urbana ya superó los $245, mientras que la CBA Rural se colocó en $185.26, lo que las convierte en las más caras de los últimos 21 años, es decir, desde 2001, año en el que inician los registros que maneja el gobierno.
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Sin embargo, algo que llama la atención en esa estadística es que, a partir de 2021, el precio de los alimentos se disparó considerablemente, lo que podría justificarse por distintas coyunturas, como lo fue la crisis de suministros derivada de los largos confinamientos por la pandemia de covid-19, en 2020, y la consecuente inflación que todavía afecta al país.
En ese sentido, al comparar los datos de hace 24 meses con los de enero de 2023, para el sector urbano el aumento equivale a casi un 23%. Mientras que para el sector rural la proporción se eleva hasta un 30.76%, por lo que las familias que viven en el campo serían las que más dificultades experimentan para poder comprar sus alimentos.
Con respecto al alza histórica, el precio de la CBA Urbana, desde 2001, ha incrementado su precio hasta en un 90.8%, pues pasó de $128.40 a más de $245 en casi dos décadas; mientras que la CBA Rural experimentó un aumento de más del 96% en el período de 2001 a 2023.
Familias numerosas, las más afectadas
Un punto que cabe señalar, y que anteriormente han señalado instituciones como el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), es que el efecto es aún más negativo para las familias numerosas del país, esto porque el cálculo que realiza la ONEC para definir el costo de la CBA para ambos sectores se basa en lo que consumiría una familia de solo 4 integrantes.
Asimismo, las familias que se sostienen con un ingreso mensual equivalente a un salario mínimo del sector comercio ($365), también han visto cómo se ha mermado su posibilidad para adquirir sus alimentos y otros productos de consumo.
Lo anterior porque un asalariado que recibe el sueldo mínimo cada mes, luego de las respectivas retenciones, recibe un salario líquido de poco más de $327. Por lo que, luego de adquirir los alimentos de la canasta básica, solo puede disponer de unos $81 para todos los demás gastos, entre los cuales están el pago de vivienda, servicios, salud, educación y esparcimiento.
Debido a esto, una encuesta realizada por la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) a finales del año pasado arrojó que casi la mitad de los habitantes del país ha tenido que dejar algunos alimentos debido al encarecimiento. Algo que se sumó al dato que señala que casi un 64% de la población consideró el tema económico como el principal problema que tuvo el país durante todo el año pasado.
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Esa misma encuesta reflejó que hasta uno de cada cinco salvadoreños desearían abandonar el país debido a esa situación económica, la cual incluye el alto costo de la vida, el desempleo, la pobreza, y el alto precio de los alimentos.
Los frijoles y los huevos siguen por las nubes
El precio de los huevos ha sido uno de los que más ha levantado voces entre la opinión pública en las últimas semanas, esto porque el precio se ha colocado hasta en los $5.50 en algunas zonas del país, según detalla el Informe Diario de Precios de Productos Agropecuarios que publica regularmente el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Según ese listado de precios, hasta ayer, 2 de marzo, el cartón de 30 unidades de huevo grande se podía encontrar hasta en $5.50 en zonas como Zacatecoluca o La Unión; mientras que en los mercados de San Salvador o Ahuachapán, registraba precios máximos de hasta $5.00 o $5.28
Si se compara con la misma fecha, pero de 2022, puede notarse que el precio máximo para el mismo tipo de huevos no sobrepasaba los $4.00 en ninguna de las zonas del país que monitorea el MAG.
En tanto, el quintal de frijol de seda nacional, que también presentó varias alzas durante el 2022, se mantiene por encima de lo $100 en distintas zonas del país, pues de acuerdo con los datos de Agricultura, en el Mercado Central, de San Salvador, incluso puede llegar a costar unos $110, mientras que en los mercados de La Unión se reportan precios de hasta $112 por quintal.