El Gobierno brasileño anunció el lunes una reducción del 10 % en la carga de impuestos para la importación de arroz, frijol, arroz y otros alimentos de la canasta familiar para evitar una mayor subida en los precios al consumidor.
La medida del Ministerio de Economía, similar y por el mismo porcentaje a la que había realizado en noviembre pasado, incluye al 87 % de los alimentos sometidos a tributos de importación, dejando los productos actualmente libre de impuestos o con una reducción del 20 %.
Por fuera de la reducción quedaron textiles, calzados, juguetes, lacticinios y repuestos automotores, que son tarifados de la misma forma de los alimentos y su importación se mantiene con una tasa del 14 %.
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La reducción, propuesta por el ministro de Economía, Paulo Guedes, fue aprobada por el Comité Ejecutivo de Gestión de la Cámara de Comercio Exterior, estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2023, con un impacto de 3.700 millones de reales (unos 740 millones de dólares) para los cofres públicos.
Según el secretario (viceministro) de Comercio Exterior, Lucas Ferraz, la Ley de Responsabilidad Fiscal no exige otra medida para compensar la pérdida por la falta de recaudación y el impacto podrá bajar entre medio punto y un punto porcentual los actuales precios.
El secretario ejecutivo del Ministerio, Marcelo Guaranys, señaló que Brasil está negociando con los otros países del Mercosur (Argentina, Uruguay y Paraguay) para que el corte sea permanente.
Brasil, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, vienen aumentando las importaciones para compensar la demanda en ciertas épocas del año, reducir los precios en el mercado local y para "moderar" las presiones inflacionarias, debido a que una buena parte de su producción es vendida en el exterior