En poco más de ocho meses, más de 3,700 empresas se han sumado a la implementación de la facturación electrónica, vigente desde julio de 2023.
Según datos del Ministerio de Hacienda en su portal: factura.gob.sv, eran hasta el 14 de marzo de este año 3,754 empresas autorizadas para emitir Documentos Electrónicos Tributarios (DET), es decir facturas digitales.
De esa cantidad, “la gran mayoría son grandes y medianas, ya que son los primeros segmentos que tienen la obligatoriedad de cumplir con este proceso”, confirmó la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal).
De hecho, las primeras en apegarse a esta ley debían ser las empresas con ventas anuales superiores a los $10 millones y después siguen las medianas y pequeñas empresas con ventas mucho menores a ese monto.
La Asamblea Legislativa aprobó el pasado 30 de agosto de 2022 un pliego de reformas del Código Tributario, en el que se incluía la emisión de los DET, y se comenzó a implementar en julio del año pasado.
Pero en este lapso transcurrido, ¿qué dificultades han tenido para implementar la medida, sobre todo los pequeños negocios?
La Camarasal explica a El Diario de Hoy que “el principal reto es vencer la incertidumbre de algo nuevo, seguido de prepararse para el fuerte cambio en los procesos que implica para las empresas de diferentes tamaños y sectores”.
Pero hay un factor que afecta principalmente a los micro y pequeños negocios: la falta de dinero para echar a andar la medida.
“Por ejemplo, las mipymes pueden beneficiarse enormemente de la adopción de facturas electrónicas en términos de eficiencia y reducción de costos; sin embargo, muchas pueden carecer de los recursos financieros y técnicos necesarios para implementar y mantener sistemas de facturación electrónica sofisticados”, indican en la Cámara de Comercio.
La gremial agrega que la capacitación del personal y la inversión en tecnología también pueden ser “barreras significativas” para estas empresas.
Pero no solo hay escollos para los pequeños, sino también para los más grandes, aunque las necesidades son diferentes y complejas.
Según la Camarasal, “empresas de sectores altamente regulados, que deben proveer información periódica a las instituciones reguladoras, podrían requerir que la implementación de sistemas de facturación electrónica cumpla normativas adicionales y esto implique cambios significativos en sus procesos internos y en la interconexión de diferentes sistemas”.
Asimismo, indican en la gremial que la facturación electrónica puede significar un reto para empresas con numerosas operaciones internacionales, las cuales deben cumplir con regulaciones tributarias diferentes; negocios con cadenas de suministros complejas o simplemente con sistemas heredados y que dependen en gran medida de sistemas de facturación manuales o que datan de varios años, por lo que pueden enfrentar desafíos técnicos y de integración al migrar a soluciones electrónicas nuevas.
“Es decir, la actualización de sistemas existentes, la capacitación del personal y la integración con otros sistemas empresariales pueden requerir una inversión de recursos y tiempo”, remarca la Cámara.
En vista de esos retos se le consultó a la gremial ¿qué impacto ha tenido el cambio de método de facturación en las ventas de los comercios; han vendido más, menos, igual?
“A la fecha, no tenemos información sobre algún impacto o cambio en las ventas a raíz de este nuevo proceso”.
Y si bien la Camarasal expresa que están convencidos de que la facturación electrónica “es un paso hacia la modernización de nuestra economía y el desarrollo de la sociedad de la información en nuestro país”, reiteran que es importante mantener una implementación gradual, reforzar continuamente la información y la formación, especialmente la dirigida a las micro y pequeñas empresas (mypes) y lograr que el proceso sea exitoso.
Y, precisamente, la falta de información sobre la facturación electrónica quedó reflejada en un estudio que difundió la Universidad Centroaméricana “José Simeón Cañas” (UCA) a finales de 2023, en el cual consultaron a 200 empresas, tanto mipymes como gran empresa de los sectores comercio, industria y servicios de todo el país.
Cuando les consultaron sobre el conocimiento que tienen sobre la implementación de la facturación electrónica, un 61.5% de las empresas respondieron que sí tenían conocimiento, pero un 24% expresaron que no conocen sobre las reformas a la ley tributaria ni la aprobación de la Ley de Comercio Electrónico, que contempla la nueva facturación. Y un 14.5% de las empresas encuestadas desconocían por completo sobre el tema, es decir que a un 38.5% de los comercios les falta más información sobre los cambios.
También les preguntaron sobre qué importancia tiene para sus negocios la implementación de la facturación electrónica y para el 77.5% de las empresas es de importancia; mientras que para el 22.5% no era un tema de relevancia.
“Esto sugiere que existe una brecha de información y que aún hay un número considerable de empresas que no están al tanto de los cambios que implica la facturación electrónica en sus procesos tributarios”, señala la UCA en el documento.
En ese mismo sentido, la Cámara de Comercio explica que identificaron que para la implementación “es fundamental, en primera instancia, el conocimiento de la información completa, además de la formación para comprender las implicaciones y cambios prácticos que esto acarreará para las empresas”.
Ante ello, la Camarasal ha realizado talleres y webinars, específicamente diseñados para ofrecer apoyo y orientación al sector empresarial durante este proceso.
