Una de las millonarias deudas que el gobierno debe pagar este mes es la de los bonos 2023, la cual será una prueba de fuego para el gobierno pues de llegar a incumplir pone en juego la credibilidad financiera del país ante el mundo.
La administración de Nayib Bukele debe cancelar un saldo de $604.1 millones, de un pago inicial de $800 millones.
En 2022, Hacienda lanzó dos recompras de bonos, una en septiembre y otra en noviembre, las cuales sumaron $195.9 millones, en un intento por amortiguar el millonario pago a los inversionistas. Los que decidieron vender sus títulos por adelantado lo hicieron a un menor precio del original. También incluyeron bonos pagaderos en 2025.
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El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, ha dicho que los fondos para pagar los bonos “están completamente asegurados” y que “todos nuestros bonistas tienen la plena seguridad (que les pagarán)”.
El gobierno salió la primera vez en septiembre pasado al mercado internacional a comprar bonos que se vencen este mes por un monto original de $800 millones, pero de esa deuda solo compraron $133 millones en esa ocasión, por lo que quedaban pendientes de pagar $666.9 millones. Con la segunda recompra la deuda quedaba en $604.1 millones para los bonos más próximos a vencer.
Mientras que los que vencen en 2025, cuya deuda original también es por $800 millones, logró recomprar $432.6 millones la primera vez y quedaba por saldar $367.4 millones; ahora quedan pendientes de pagar $347.9 millones.
Inversionistas han estado en alerta
Las principales agencias calificadoras a nivel internacional han reducido la nota de riesgo de El Salvador, a raíz de las crecientes necesidades de financiamiento del Gobierno salvadoreño.
El director asociado del área de Calificación Soberana de la agencia Standard & Poor’s, Patricio Vimberg, dijo en diciembre en una entrevista con El Diario de Hoy que la recompra de bonos no solucionaba los problemas financieros del país.
Ante ello, los inversionistas han estado en alerta de que el gobierno les pague lo que se les debe.