El Estado salvadoreño colocó este jueves $1,000 millones en bonos en el mercado internacional. El gobierno logró colocar de manera exitosa los $1,000 millones con un cupón ( el interés que paga el bono ) del 9.25 %, pero con un rendimiento del 12 % para los inversionistas, según fuentes allegadas a la negociación
"La nación centroamericana fijó el precio de 1,000 millones de dólares en deuda con vencimiento en 2030 en 89,923 centavos de dólar para rendir el 12%, según personas familiarizadas con el asunto. El cupón es del 9,25%, dijeron, y la nota se amortiza a partir de 2028", destaca un informe de Bloomberg, un sitio especializado en finanza y macroeconomía.
Que el cupón sea de 9.25 %, pero que el rendimiento para inversionistas sea del 12 %, es, según el economista Rafael Lemus, porque si bien en los instrumentos se reflejará la primera de las cifras, lo que se va a transar en el mercado es la segunda.
“Lo que pasa es que los inversores calculan que el riesgo del país es demasiado alto, entonces no están dispuestos a adquirirlos con el rendimiento ofrecido por el Gobierno”, señala Lemus.
Además, según las fuentes, el gobierno logró colocar $2,000 millones, cuando el ofrecimiento era de $1,000. De esta manera, el Estado salvadoreño vuelve al mercado internacional cuatro años después.
Para el economista Luis Membreño, que el Gobierno haya aceptado emitir bonos con rendimientos tan grandes (y tan costosos para el país) puede provocar que le sea complicado, en el futuro, obtener dinero, por ejemplo, a tasas de interés menores a los dos dígitos.
El plazo es a seis años con amortizaciones de capital de un tercio en los años 2028, 2029 y 2030. La colocación cuenta por primera vez con algunos condicionantes: si el país no cumple con ciertos requisitos, pagará más a los inversionistas.
Acuerdo con el FMI es clave
Las condicionantes son lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por otro préstamo, pero a un interés bajísimo (posiblemente del 2 %); o hacer un ajuste fiscal unilateral. Además, debe mejorar sus calificaciones de riesgo, que son las más bajas de Centroamérica.
Si no cumple, El Salvador le dará a los inversionistas un 0.25% más a partir de octubre de 2025 y, si vuelve a incumplir en 18 meses (2026), le dará un 4% más; es decir que podría pagar una tasa hasta de 16% por esta deuda.
Es, a todas luces, un mal negocio para el país, pues hasta el 75 % serían usados para fondear la recompra de eurobonos de 2025, 2027 y 2029, que cuentan con una tasa de interés de alrededor del 6 %.
Es como si una persona decidiera pagar lo que debe en un préstamo inmobiliario a través de una tarjeta de crédito.
“Denota que se tiene una necesidad muy grande de fondos, pues el gobierno ha estado dispuesto a aceptar esta clase de condiciones. Y denota la crisis en el plano fiscal que se vive actualmente en El Salvador”, opina Membreño.
Para el economista Rafael Lemus, es comprensible el movimiento del gobierno solo en un sentido, y es que puede distribuir los vencimientos en el tiempo. Así, si recompra los bonos de 2025 (para lo que el presidente Nayib Bukele ya lanzó una oferta), deberá pagar hasta 2027, luego cancelará un tercio de los $1000 millones en 2028. Si ha logrado pagar parte de los bonos de 2029, deberá preocuparse ese año solo por el segundo tercio de esta nueva emisión.
Sin embargo, según Membreño, el gobierno se ha comprometido a usar solo $350 millones de esos $1,000 millones para recomprar bonos, por lo que solo estaría cubierto, por tanto, con respecto a los vencimientos de los eurobonos de 2025, de $347.9 millones.
Un mayor nivel de deuda se traduce en menos obras para la ciudadanía, pues cada vez un mayor porcentaje del Presupuesto General de la Nación se usará para pagar compromisos.