El Banco Mundial (BM) rebajó su previsión de crecimiento de El Salvador para el año en curso hasta el 2.2%, medio punto porcentual menos que su anterior proyección, del 2.7%.
En un anticipo del informe sobre América Latina y el Caribe, la organización financiera internacional expresa su preocupación por las tensiones comerciales provocadas por los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump.
El informe consigna que, en las proyecciones del Banco Mundial, El Salvador tendrá una leve mejora en 2026, con un crecimiento del 2.4%.
Las proyecciones del Banco Mundial son inferiores a las del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicadas este martes, que vaticinan un crecimiento del 2.5% para ambos años.
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El Banco Mundial entregará a El Salvador un préstamo de $250 millones para apoyo presupuestario en el marco del programa que la administración de Nayib Bukele ha acordado con el FMI.
El Banco Mundial pronostica un progreso económico regional de 2,1% este año y de 2,4% en 2026, pero diferencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) no prevé una contracción económica en México, sino un estancamiento.
En cuanto a Centroamérica, igual que en el caso de las previsiones del Fondo, el Banco Mundial vaticina que El Salvador será el país que menos crecerá en la región. Las proyecciones para las demás naciones son: Nicaragua, de 3.4%; Panamá, Costa Rica y Guatemala, de 3.5%.
"Mayores aranceles y los niveles más altos de incertidumbre comercial en una década impiden una mayor integración de la región en las cadenas de suministro de Estados Unidos, además de poner en peligro los empleos en las industrias relacionadas con las exportaciones", advierte el Banco Mundial.
Respecto a El Salvador, la industria es uno de los sectores más deprimidos de la economía salvadoreña, pues ha registrado dos años seguidos de contracción, con una leve mejora al inicio de 2025. Según el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Jorge Arriaza, en 2024 se perdieron 10,000 empleos en la industria.

El panorama de América Latina
El Banco Mundial advierte que el entorno externo ha cambiado sustancialmente en los seis meses transcurridos desde el "Latin America and Caribbean Economic Review" de octubre de 2024, con consecuencias tanto a corto como a largo plazo.
"El aparente giro de Estados Unidos hacia mayores aranceles arroja incertidumbre sobre el proyecto de nearshoring, la práctica de llevar operaciones en el extranjero a países cercanos o amigos, y el acceso a los mercados mundiales en general. El otro mercado principal de América Latina y el Caribe (China) sigue mostrando un crecimiento lento", dice el adelanto del informe del BM.
Sin embargo, los acuerdos firmados por México y el Mercosur con la Unión Europea "representan un paso hacia la diversificación de mercados", pero habrá que "abordar una agenda pendiente de hace décadas en las áreas de infraestructura, educación, regulación, competencia y política tributaria", aconseja.
Además, señala que el recorte de la ayuda externa al desarrollo después de que Trump redujera a su mínima expresión USAID, que era la mayor agencia humanitaria del mundo, tendrá efectos en Haití, la conservación del Amazonas en Sudamérica y el apoyo a "los migrantes venezolanos en los países receptores".
En el frente fiscal, el BM apunta que el gasto público "sigue siendo elevado" y los déficits, "considerables".
En general, los avances en la reducción de la deuda se mantienen limitados: la relación deuda-PIB aumentó en 2024 al 63.3% (en comparación con 59.4% de 2019). El Salvador es uno de los países con un peor ratio en este indicador, con el 87.5%. Solo es superado por San Vicente y las Granadinas, Barbados y Dominica.
La disminución de la pobreza continúa avanzando, pero más lentamente.
Las estimaciones para 2024 indican que la pobreza monetaria disminuirá al 24.4% de la población de América Latina y el Caribe, desde el 25% en 2023. Pero el Banco Mundial prevé que la desigualdad se mantenga alta.
"El panorama económico mundial ha cambiado drásticamente, marcado por mayores niveles de incertidumbre", afirma Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, citado en un comunicado.
"Los países deben recalibrar sus estrategias e impulsar reformas audaces y prácticas que impulsen la productividad y la competitividad", añade.