El Banco Mundial (BM) volvió a rebajar las proyecciones de crecimiento económico para El Salvador en 2022, según confirmó su economista jefe para América Latina y el Caribe, William Maloney, durante una conferencia de prensa realizada ayer con medios regionales.
Según Maloney, la nueva proyección que maneja el organismo multilateral es del 2.4%, una cifra que ha venido disminuyendo a lo largo del año y que, incluso, es menor a la estimación que maneja el Banco Central de Reserva (BCR) salvadoreño.
En enero de este año, el BM estimaba que el país podría cerrar el 2022 con un crecimiento cercano al 4%, sin embargo, en abril rebajó la perspectiva a 2.9% y en junio la volvió a rebajar a 2.7%.
BCR descarta posibilidad de una recesión en El Salvador y proyecta crecimiento de 2.8%
Con respecto a esas proyecciones, en abril el organismo señaló que “persisten desafíos para El Salvador, como la necesidad de avanzar en reformas para la sostenibilidad fiscal”, ya que según el BM “la respuesta fiscal a la crisis del COVID-19 ayudó a mitigar sus impactos, costó alrededor del 15 % del PIB y, junto con los bajos ingresos y los gastos rígidos, llevó la deuda pública a más del 90 % del PIB”.
En este sentido, algo que llama la atención en el informe del BM que presentó Maloney y que se titula “Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal”, es que El Salvador quedaría en último lugar en Centroamérica en lo que respecta al crecimiento económico, incluso por detrás de un régimen como el de Nicaragua.
Las proyecciones de crecimiento en 2022 para los países de Centroamérica y Panamá son: Guatemala 3.4%; Honduras, 3.5%; Nicaragua 4.1%; Costa Rica 3.3%; y Panamá 6.2%.
Si se analizan los datos correspondientes a la proyección para 2023, El Salvador sale aún peor parado pese a que todos los países reflejan una disminución en ese crecimiento, pues para el caso salvadoreño el BM estima un aumento en su economía del 2%, mientras que para Guatemala y Honduras proyecta un 3.1%.
En el caso de Costa Rica y Panamá pronostica unos 2.9% y 5%, respectivamente y solo Nicaragua estaría acompañando en el último lugar a El Salvador también con 2%.
En caso de que la economía salvadoreña crezca entorno a lo estimado por el organismo, se confirmaría que el crecimiento de 10.3% que registró al cierre de 2021 el país obedeció a un efecto rebote tras la fuerte caída de hasta -8.1% que tuvo la economía en 2020, como producto de la pandemia por covid-19.
De hecho, en agosto, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) señaló que “la economía salvadoreña está ‘aterrizando’ y volviendo a las bajas tasas de crecimiento que existían antes de la pandemia”.
Asimismo, tras la actualización de las proyecciones del BCR, la gremial apuntó que, en el caso salvadoreño, las remesas y las exportaciones son las que han impulsado ese crecimiento del 2.8% que se registró en el segundo trimestre del año.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional, en abril, también había recortado sus previsiones para la economía del país al cierre del año, sin embargo, en esa ocasión la colocaba en una proyección entorno al 3%, una cifra que, aunque es más alta que la nueva perspectiva del BM, dejaba a El Salvador siempre por debajo de sus pares en la región centroamericana.
En términos más numéricos, un crecimiento del 2.4% en el Producto Interno Bruto (PIB), es decir, todo lo que produce a nivel económico el país, equivaldría a un aumento de unos $689.7 millones, si se toma como base el total del PIB que se registró en 2021, el cual rondó los $28,736.9 millones. Con la proyección del BCR, el crecimiento estaría cercano a los $804.6 millones.
El Salvador de nuevo a la cola
Los datos del Banco Mundial vuelven a colocar a El Salvador en una situación negativa en el istmo centroamericano pues, en términos de indicadores económicos, no ha podido despuntar en el último año y las perspectivas, desde distintos sectores, siguen en números negativos.
Un ejemplo de ello es el tema de la calificación crediticia, la cual mide la confianza que los inversionistas tienen en los gobiernos de la región, entre los cuales El Salvador vuelve a salir con mala imagen.
Un informe de la agencia calificadora Standard & Poor’s, a finales de septiembre, refleja que el perfil salvadoreño está, incluso, por debajo de Nicaragua, país con una mejor calificación y una mejor proyección de crecimiento para 2022.
Los 4 factores
El análisis que presentó ayer el Banco Mundial sostiene que la desaceleración en el ritmo de crecimiento en las principales economías del mundo, incluyendo a América Latina, obedece a cuatro factores externos que, en el último año, han afectado de manera profunda la dinámica económica global.
“La reducción en las previsiones de crecimiento se debe en gran medida a movimientos desfavorables”, señala el informe del organismo, el cual apunta a la subida en las tasas de interés que implementó el banco central estadounidense en los últimos meses para contener la inflación, la guerra en Ucrania tras la invasión rusa, la baja en la demanda de exportaciones desde América Latina y el Caribe y la recurrente lucha de China contra la pandemia de Covid-19.
En este sentido, y en relación a la crisis tras la guerra en el este de Europa, el análisis sostiene que “los importadores netos de alimentos, como los países del Caribe y América Central (entre ellos El Salvador), han sido duramente afectados, y el alza en el precio de estos bienes impacta a los hogares de toda la región”, pero añade que “el alza en el precio de las materias primas, particularmente energía y alimentos, sigue beneficiando a los grandes exportadores netos de materias primas de Sudamérica”.