“No sabemos exactamente qué son los Bitcoins, o cómo funcionan, pero no deben interponerse entre tú y chuparte los dedos al comer pollo”. Así anunció, en 2018, la cadena de comida rápida KFC que comenzaría a aceptar los bitcoins como método de pago en Canadá.
Pero tras la adopción del Bitcoin en El Salvador como moneda de curso legal, la empresa ha debido extender ese método de pago a otros países. El 7 de septiembre del año pasado, KFC en El Salvador publicó en su cuenta de Facebook que aceptaba pagos en Bitcoin en cualquier forma de consumo: en restaurante, para llevar, en autoservicio o en food court.
Desde entonces, esta ha sido la realidad no solo de las grandes empresas en el país sino de medianas y pequeñas a las que la Ley Bitcoin obliga, en su artículo 7, a aceptar el Bitcoin como moneda de pago.
Otra de las grandes empresas que se lanzó con prudencia al mundo de las criptomonedas es Microsoft. El imperio tecnológico estadounidense afirma, según la AFP, que sus accionistas “nunca estarán expuestos a la fluctuación de las divisas digitales”.
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Por ello, Microsoft decidió asociarse con Bakkt, un servicio que permite convertir las criptomonedas en productos como tarjetas de regalo Xbox o añadir crédito en una tarjeta de pago como Starbucks.
Pero, tras anunciar importantes pérdidas, Bakkt vio cómo el valor de sus acciones bajaba, lo que creó dudas sobre la viabilidad de su modelo. La empresa, que buscaba conseguir 9 millones de clientes a finales de 2021, se quedó en 1.7 millones hasta diciembre de 2021.
“Es posible que el Bitcoin no llegue a usarse nunca para las compras diarias, porque es un activo particularmente volátil, en el que cada transición es cara, lleva por lo menos media hora para que sea tratada, y es un enorme consumidor de energía”, resume el periodista Joseph Boyle para la agencia AFP.
Un planteamiento que, si se aplica a El Salvador, no dista de la realidad, pues una encuesta publicada por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), en enero de este año, revela que el 70.1% de los salvadoreños encuestados siente poca o nula confianza en el Bitcoin, a la vez que otro 22.1% afirma no saber en qué consiste la criptomoneda.
Por su parte, la empresa PayPal propuso el año pasado en Estados Unidos y el Reino Unido un sistema para pagar sus compras en criptomonedas, convirtiendo directamente estos activos en dólares o libras, con el propósito de no arriesgar las finanzas con la volatilidad que representa el Bitcoin.
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“Mi postura es que no hay que ceder al entusiasmo y observar la carrera de caballos”, explicó John Freeman, analista de CFRA Research, a la AFP, en torno a cómo las grandes empresas usan el criptoactivo en el día a día.
Sin embargo, sí pueden comprarse bitcoins con PayPal, pues eToro, Binance o Coinbase son algunos de los métodos para hacerlo.
Asimismo, empresas como Tesla y Dell propusieron vender sus productos en bitcoins, pero acabaron renunciando discretamente a estas iniciativas.
El medio internacional CNBC publicó el año pasado que Tesla compró $1,500 millones en Bitcoin. La empresa anunció que comenzaría a aceptar pagos en bitcoin a cambio de sus productos. Sin embargo, se detuvo en mayo pasado por preocupaciones ambientales.
“Tesla registró $101 millones en pérdidas por deterioro en 2021 de su inversión en bitcoin, citando una caída en el valor de la criptomoneda. Tesla agregó que obtuvo ganancias de $ 128 millones después de vender una parte de sus participaciones en marzo pasado”, publicó CNBC el 7 de febrero de este año.
Por su parte, desarrolladores como Cronje, que se dedican a construir una infraestructura para facilitar los pagos con este tipo de monedas, creen crucial que esto llegue al gran público. Sin embargo, a criterio de Boyle, las empresas todavía no han encontrado la fórmula ideal para ello.