Desde hace cinco meses el presidente Nayib Bukele ha estado tratando de vender un bono respaldado por Bitcoin a inversores internacionales. Sin embargo, Bloomberg, uno de los medios internacionales especializado en finanzas, publicó que dichos bonos “no han atraído un solo comprador”.
La situación fiscal del país pinta peor cada día desde que El Salvador hizo del Bitcoin una moneda oficial pese a las recomendaciones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que revirtieran la decisión.
Según el artículo de Bloomberg del pasado 29 de abril, esto y las nulas conversaciones del gobierno con el FMI para un financiamiento de $1,300 millones han hecho que los inversionistas se “enfaden” con los bonos de El Salvador.
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El 20 de noviembre del año pasado, el presidente Nayib Bukele anunció el proyecto denominado "Bitcoin City", el cual tiene el propósito de ser financiado inicialmente con bonos Bitcoin. Y aunque ha retrasado cada vez más la salida de los bonos al mercado, en lugar de financiamiento, la noticia ha recibido “escepticismo de las agencias de crédito”, asegura Bloomberg.
Los bonos convencionales de El Salvador con vencimiento en 2032 reflejan pérdidas de 24 % y el más próximo a pagar que es el de 2023 ha mostrado pérdidas de hasta 45%, por ejemplo. Esto significa un nivel elevado que repercute en que los mercados internacionales pues ven la deuda de El Salvador como de alto riesgo, por lo que se preparan para un incumplimiento de pago.
No obstante, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo el pasado 3 de mayo en la entrevista televisiva de Frente a Frente que existe un riesgo "cero" de que el país entre en mora y aseguró, además, que los pagos de deuda están cubiertos.
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Pero a criterio de expertos como Jared Lou, gerente de la cartera de William Blair Investment Mgmt LLC en Nueva York, “si Bukele es reelegido (como presidente) en 2024, tendría pocos incentivos para pagar la deuda en bonos”. O incluso “ofrecer un alto valor de recuperación de la deuda existente”, según publica Bloomberg.
El Salvador cada vez más aislado
Dado que el sistema financiero internacional ve con preocupación la situación fiscal del país, el gobierno busca subsanar sus problemas de dinero con el sistema financiero local. Es decir, con los ahorros de los salvadoreños en los bancos, las AFP y las aseguradoras.
Por ejemplo, el FMI ha pedido al gobierno dar marcha atrás en su adopción del Bitcoin como moneda legal, pero dado que el gobierno insiste en mantener la criptomoneda, las conversaciones en torno a un préstamo por $1,300 millones se han estancado.
Asimismo, en febrero pasado, la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings bajó la nota crediticia de El Salvador desde B- a CCC, una de las peores notas que indica un mayor riesgo de que el país no pueda pagar sus deudas y caiga en impago.
En su análisis, la agencia atribuye la desconfianza a la concentración de poder que ha acumulado Bukele desde 2021, cuando su partido Nuevas Ideas obtuvo mayoría calificada en la Asamblea Legislativa, con lo que logró destituir al fiscal general, a magistrados de la Sala de lo Constitucional y posteriormente a jueces.
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También, con esa perfecta ecuación en la Asamblea logró la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal, algo que abonó a la incertidumbre sobre la confianza crediticia del país.
Asimismo, Moody’s, otra de las calificadoras de riesgo internacional, ven los títulos de El Salvador como “bonos basura”. La principal razón de llamarlos así es el alto endeudamiento del país y la poca capacidad de pagar sus obligaciones de deuda.