En los primeros cinco meses del año, los compatriotas que viven en el extranjero han enviado más dinero a sus familiares que hace un año.
Pese a que la inflación ha golpeado a la diáspora, sobre todo en Estados Unidos, no ha sido un obstáculo para apoyar a sus parientes en El Salvador.
Ese es el caso de Iveth Pineda, quien cuenta que su esposo, quien reside en Estados Unidos, no ha dejado de enviarle la remesa que usualmente le manda cada mes para sufragar gastos familiares de ella y su hijo.
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Esa constancia de los connacionales con sus seres queridos se refleja en los datos del Banco Central de Reserva (BCR), cuyos índices indican que de enero a mayo de este año han ingresado al país $3,331.4 millones.
El mes que menos remesas han llegado es enero, pues fueron $593.8 millones, pero en febrero hubo un alza y el ingreso fue de $606.3 millones. La tendencia siguió así en marzo cuando el BCR registró $712.5 millones, pero en abril hubo una baja significativa pues el envío de fondos fue de $665.6 millones.
Sin embargo, mayo ha sido el mejor mes en la recepción de remesas con $753.2 millones, lo que se puede atribuir a los salvadoreños que enviaron un poco más de dinero debido al Día de la Madre, una tendencia que se ha visto en las estadísticas de años anteriores.
De hecho, en 2022 también fue mayo el mes que más remesas registró en el primer semestre del año con la llegada de $708.1 millones.
Pero al comparar el ingreso de fondos de enero a mayo del año pasado con los primeros cinco meses de 2023, las cifras muestran una tendencia positiva para este año.
Según las estadísticas del BCR, hay un aumento de $149.8 millones (22.2%) en las remesas familiares registradas a mayo de este año, en relación al mismo período de 2022, pues en ese lapso habían ingresado $3,181.6 millones.
Tendencia al alza
Si la tendencia en el ingreso de remesas sigue como va hasta ahora, el 2023 podría llegar a superar los registros más altos desde 2017.
Ese récord lo tiene el 2022 hasta el momento, pues el año pasado cerró con un ingreso en remesas de $7,742 millones, que ha sido la cifra más alta de los últimos años.
Gremiales empresariales y economistas han destacado que las remesas y las exportaciones son las que sostienen la economía salvadoreña, pues de no ser por esos ingresos la balanza comercial estaría en serias dificultades.
Es más, el difícil contexto económico de Estados Unidos, debido a la inflación y las alzas de las tasas de interés que ha implementado la Reserva Federal estadounidense, está poniendo en aprietos las exportaciones de El Salvador y ahora son las remesas las que llevan un mayor peso en la economía del país, pues ese dinero genera consumo.
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Por ejemplo, Iveth dice que las remesas que le envía su esposo le sirven para el pago de casa, de recibos de servicios básicos, para comprar comida y productos de uso personal, así como para gastos de su hijo y en recreación.
Agrega que en mayo gastó un poco más, porque invirtió en un curso de clases de inglés para ella y en inscribir en otro curso académico a su hijo.
El dinero que ella recibe mes a mes es parte del Producto Interno Bruto (PIB) que representan las remesas para El Salvador y que según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en los países del llamado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras, El Salvador) esos ingresos representaron el 22% de la producción del año pasado.