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El aumento en la deuda no se tradujo en obras o mejora de servicios en alcaldías de Nuevas Ideas

En Acajutla, que aumentó su deuda 178 veces, los pobladores denuncian el olvido de su comuna, sobre todo en los territorios más alejados del centro. Otro tanto ocurre con Santa Ana y San Luis La Reina, en San Miguel, que adquirieron deuda para obras que no hicieron.

Por Moisés Alvarado y Jacqueline Mejía | Mar 01, 2024- 04:22

Alcaldía de Acajutla tiene un endeudamiento por $12.85 millones de dólares. video EDH/ Ever Flores

Acajutla es la sede del mayor puerto de El Salvador. Es aquí donde se descarga la mayor parte de mercancías que desde otros países se traen al nuestro. Aquí atracan los cruceros turísticos que visitan las playas cuscatlecas.

Acajutla también es el caso paradigmático del endeudamiento municipal en la gestión de Nuevas Ideas (NI), iniciada en 2021. Cuando su actual alcalde, Isaac Benjamín Hernández, tomó las riendas, las deudas de ese gobierno municipal estaban en $71,800, una cifra accesible de cancelar para una comuna con los ingresos de Acajutla, que recibe tasas del Puerto y de otras empresas afincadas en su vecindad.

LEA MÁS: 46 alcaldías de Nuevas Ideas aumentaron sus deudas en $215 millones en este periodo

Sin embargo, para septiembre de 2023, este gobierno municipal había aumentado el saldo de su deuda a $12.86 millones, 178 veces más. Y esto sucedió, literalmente, de la noche a la mañana: al Concejo Municipal le fueron otorgados 16 préstamos en un solo día, el 16 de noviembre de 2021, según información del Ministerio de Hacienda.

Todos vinieron de cajas de crédito y del Primer Banco de los Trabajadores (que entregó el más oneroso, de $2 millones) y del Banco de los Trabajadores de San Miguel. Fueron $14.21 millones en total.

El destino que más fondos recibió fue el saneamiento ambiental y la recolección de desechos sólidos, con $6 millones, el 42 %. Este no era, precisamente, uno de los principales problemas de esa municipalidad, que debe atender a población con múltiples carencias. Y a pesar de esta inyección de efectivo, el servicio no se ha mejorado y existen quejas del mismo. Ni siquiera se cambió la estructura, pues la basura sigue siendo recogida por misma compañía de economía mixta.

El segundo rubro fue el de la infraestructura vial, en un municipio que adolece de caminos en mal estado, sobre todo en la parte rural.

Como lo expresa Ruth López, jefa jurídica del departamento de Anticorrupción de Cristosal, endeudarse no es, necesariamente, algo malo si esos préstamos se utilizan en proyectos bien definidos.

Es un problema cuando no tienen un objetivo claro, pues es un indicio de que el dinero no se está invirtiendo de la forma más eficiente.

“Si ese dinero se usa para el desarrollo de los municipios, para el mejoramiento de la vida de las personas, la del financiamiento es una gran herramienta”, dice López.

Desalojados y con promesas incumplidas

Esta tarde de febrero, la calle, bautizada por los lugareños como la “Sin Ley”, está cerrada por 22 canopys, que sirven para proteger del sol a una treintena de vendedores, sus clientes y sus variados productos, que van desde flores hasta carne. Es la entrada de la playa Metalío, Acajutla, a unos pocos metros de la carretera Litoral.

Hasta hace dos meses, estas personas vendían en una galera, una construcción solo de paredes y techo, que les servía como una casi improvisada plaza de mercado desde hace seis años.

Foto EDH/ Miguel Lemus.

Les llegó una notificación de desalojo para que pasaran a comerciar en esta calle, bajo los frágiles techos de lona o plástico. Les dijeron que la alcaldía comenzaría a construir el largamente prometido mercado, en el que al fin tendrían instalaciones dignas, con agua y luz para cada puesto. Según varios vendedores consultados, la carpeta de este ya estaba lista desde la anterior administración de esa comuna. Pero los trabajos comenzaron apenas hace dos meses con la promesa de que, para estas fechas, ya estaría finalizado. En el terreno donde se levantará este lugar comercial, apenas se han erigido unas cuantas filas de ladrillos. Quienes aquí laboran dicen que lo más probable es que esté listo en abril, si hay suerte.

“Queremos que lo agilicen, no queremos que nos agarre aquí el invierno”, dice Carolina Méndez, quien vende carne. Desde que los trajeron aquí, la alcaldía les prometió que les proveería de agua mediante pipas enviadas a diario. También, que les daría el servicio de energía eléctrica.

Ninguna de las dos cosas ha ocurrido. Las pipas no se han acercado ni un solo día. Por ello, los vendedores dependen de la solidaridad de los vecinos de esta calle, quienes también les han ayudado con líneas de energía eléctrica, lo que es imprescindible para Carolina Méndez y su producto.

Según los vendedores, desde la alcaldía no los han ayudado siquiera con los canopys usados para protegerse del candente sol. En efecto, aquí solo se ven tres con el distintivo del gobierno municipal. Otros, verdes, son de una empresa de telefonía. Para la mayoría, la cubierta está hecha de plástico negro. Varios han colocado cartón bajo ese plástico para que el calor sea tolerable.

“Nos dijeron que iban a arreglar ese mercado y nos salimos. El alcalde éste ya va de salida. ¿Que lo termine? No sabemos”, dice Carolina. Cuando escucha que esta comuna se ha endeudado con más de $12 millones, se sorprende y comenta que lo único que ella ha visto mejorar son unos puestos que se construyeron en el centro de Acajutla. Todo lo demás, opina, está abandonado y lo ejemplifica con los cráteres de la calle a la entrada de Metalío, una playa en teoría turística.

La alcaldía poco ha hecho por estos vendedores, más que colocar el nombre de cada uno en la acera de la calle, para delimitar su puesto. Pero estar aquí, sin agua ni luz, tampoco es gratuito: deben pagar al gobierno municipal 50 centavos de dólar al día, lo que se traduce en $15 al mes para vender en la calle.

El del apoyo al desarrollo económico fue uno de los rubros por los que la municipalidad de Acajutla recibió más dinero, $1.73 millones.

En Metalío, los vendedores fueron desalojados de este mercado para una reconstrucción, iniciada en una fecha cercana a las elecciones. Foto EDH/ Miguel Lemus.

Un mar de quejas frente al principal puerto del país

Más al occidente de Metalío está el cantón El Sunza. Concretamente, la comunidad Las Marías, un caserío que termina en un inmenso cañal, en el que trabajan varios de los lugareños. Tras el cañal, está la playa y, más allá, a la distancia, los barcos que esperan para descargar en el Puerto.

Aquí, Marcos, un joven jornalero, saluda cordial y risueño mientras los ojos se pierden en la bocana del río que le da nombre al cantón. Pero la sonrisa se esfuma cuando escucha sobre la deuda que hoy pesa sobre su municipio. Sobre todo porque, dice, eso no se ha reflejado en su vida.

“Para los más pobres, los más lejanos del centro del municipio, no se ha visto ninguna mejora. No han arreglado calles. Aquí hay lugares donde falta el alumbrado eléctrico. Pero nada”, dice, sin saber que su gobierno municipal se endeudó por más de $2 millones para el mejoramiento de la infraestructura vial y $670,000 para la electrificación.

Desde su comunidad, comenta, han hecho múltiples gestiones para que su voz sea escuchada. Para que arreglen aquellas calles que se vuelven intransitables cuando llueve. Pero, a veces, le parece una pérdida de tiempo.

Más lejos de la playa, Ruth Torres, ama de casa, manipula la manivela que le permite sacar agua de un pozo. A este punto, vienen a abastecerse la mayoría de miembros de la comunidad, aquellos que no tienen un pozo o agua potable en casa. Ruth ha hecho trabajo comunitario desde joven. Estuvo en las gestiones para tener esta fuente de agua. Que no vino de parte del Estado. Sino gracias a una organización no gubernamental de capital estadounidense.

“Aquí se ha logrado tener el agua. Pero no gracias a ningún gobierno o alcaldía”, dice Ruth, quien no sabe que el gobierno municipal de Acajutla se endeudó por $1 millón para proyectos de agua.

Ruth Torres y sus hijos sacan agua de un pozo que ella y otros habitantes del caserío Las Marías lograron gestionar con una ONG con capital norteamericano. La alcaldía de Acajutla prestó $1 millón para proyectos de agua.

Uno de sus vecinos, Rubén Martínez, se queja de que esta administración del actual alcalde, Benjamín Hernández, le quitó uno de los apoyos más importantes para su vida como agricultor: la entrega de abono y veneno para su cultivo.

“La gente sabe que no ha dado la ayuda él. Es la vista de los que trabajamos la tierra”, apunta.

José Luis Morán, de 71 años, acaba de terminar de recolectar las jaibas que vende. Vive a unos dos kilómetros de Las Marías, en un cantón llamado Villa Centenario. Opina que la actual administración no ha trabajado “para todo el municipio”. Y pone como ejemplo que no se ha atendido la petición de darle el mantenimiento al puente que da acceso a su comunidad. Dice que se vuelve un riesgo en el invierno. Cuando escucha que la alcaldía cuenta con un saldo tan alto de deuda, hace una mueca de resignación. No se explica adónde ha ido a parar.

“Se ha ido en las bolsas de los que han ascendido a alcaldes, allí se ha ido, y en todo el concejo (municipal)”, comenta.

El caso de Santa Ana

El de la municipalidad de Santa Ana también es un ejemplo de un endeudamiento exprés. Curiosamente, al concejo municipal capitaneado por Gustavo Acevedo, de Nuevas Ideas, le fueron otorgados 9 préstamos por $10.66 millones el 16 de noviembre de 2021, el mismo día en el que obtuvo su deuda la alcaldía de Acajutla. Y, de la misma manera, todos fueron brindados por cajas de crédito.

Cuando Gustavo Acevedo tomó la silla edilicia, los compromisos financieros de Santa Ana eran de $362,000. Por eso, es llamativo que un importante porcentaje de los préstamos se hayan aprobado para consolidar deuda: fueron $4.46 millones, un 44 % de lo adquirido ese 16 de noviembre.

Un ciudadano de Santa Ana, con una larga experiencia en gestión municipal, comenta que es posible que dicha deuda se refiera a la mantenida con proveedores, específicamente a la de un contrato muy oneroso relacionado con energía eléctrica y alumbrado público, que fue creado en la administración anterior de esa alcaldía.

“Es interesante que este concejo de Nuevas Ideas no haya decidido acabar con ese contrato aprobado por ARENA”, comenta.

Los otros rubros a los que más dinero de la deuda se destinó fueron los de compra de maquinaria y equipo ($2.47 millones) e infraestructura vial ($2.32).

Algo que contrasta con la realidad del municipio, pues la mayor parte de las pocas calles que se han intervenido en la ciudad han sido por parte de la DOM.

Santa Ana adquirió otro préstamo en 2022, esta vez por $7.58, el más alto de todos los que obtuvo en esta administración. Fue para proyectos de electrificación rurales y urbanos. El saldo actual de la deuda es de $16.72 millones.

También en el oriente

San Luis La Reina, en San Miguel, no contaba con deudas antes de que entrara la actual administración, capitaneada por Alfredo Portillo, de Nuevas Ideas.

Al concejo municipal le fueron aprobados dos préstamos el 16 de noviembre de 2021, el mismo día que a Acajutla y Santa Ana. Fueron $3 millones, provenientes de dos cajas de crédito.

El destino para el que más fondos se apartaron fue el de la infraestructura vial, que ocupó más de un tercio del total. En segundo puesto, estuvieron los proyectos de agua, con $400,000.

Habitantes de San Luis La Reina confirman pocas obras municipales en la zona. Y las que se hicieron han recibido críticas por su poca conveniencia.

“Deshicieron una casa comunal e hicieron la alcaldía nueva estando la otra ahí. Imagínese, cuando ya no se va a ocupar una sede de la alcaldía, hacen el edificio ahí. Siempre hemos pedido a gritos la unidad de salud. Porque, en cuanto a eso, quizá de todos los municipios nosotros estamos más abandonados”, expresó Haydee Quintanilla, líder comunitaria del casco urbano del municipio.

Cuando las personas tienen emergencias, son traslados por miembros de la Policía Nacional Civil, que hace las labores de ambulancia hacia los hospitales. Así lo sostienen pobladores del cantón San Juan de los Velásquez.

En la alcaldía, los trabajadores mantienen total discreción con el tema de salarios, pero, extraoficialmente se menciona que esa alcaldía y otras de la zona norte de San Miguel tienen retraso de pagos de salarios a causa de la administración actual. San Luis La Reina pasará a ser parte del nuevo municipio de San Miguel Norte.

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