El café será otro de los cultivos más afectados por las lluvias provocadas por la tormenta Sara. Los daños ya se han comenzado a registrar en todo el país, sobre todo en los terrenos ubicados a menos de 1,000 metros sobre el nivel del mar, pues son aquellos donde el café comienza a madurar a partir de noviembre. El grano sembrado a más altura lo experimenta hasta diciembre o enero.
El primero de los escenarios es el de Juan Bolaños, caficultor de Santa Ana, quien ha visto cómo una buena cosecha ha comenzado a echarse a perder. El exceso de humedad provoca que un café que ha iniciado su maduración se raje. En esta etapa, el fruto pierde su miel y se seca. Por ello, cae de la planta. Esto ocurre en un lapso de solo dos días de lluvia continua.
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Bolaños explica que el procedimiento para evitar que se pierda del todo es cortar los frutos "colorados" (de un rojo tenue) que todavía no están completamente maduros (de un rojo intenso) y, por tanto, no han generado toda la miel para retirarse de la planta. Esto provoca que el fruto obtenido sea menos pesado que el ideal y que tenga menos calidad.
"Ya allí hay pérdida, pues uno va a tener menos producto y de menor calidad. Y se tiene pérdida también por lo que se cayó y no se pudo recuperar… lo que más duele es que se pierde cuando ya casi se tiene la cosecha en la mano, ya en lo último", comenta el caficultor.
El otro factor que tienen que enfrentar los productores es la roya (un hongo altamente perjudicial para las plantas), que se desata con un exceso de humedad. Para no perder los frutos que todavía están verdes y van a madurar pronto, debe darse una nueva fumigación para combatirlo. En concreto, para fumigar una manzana de café contra la roya se deben destinar $50.
"Uno da su última fumigación a finales de octubre o principios de noviembre y piensa que con eso tiene… esta nueva fumigación es un gasto que no se tenía contemplado. No se tendrá la cosecha esperada y habrá que sumar más costos", apunta Bolaños.
El caficultor dice que esta tormenta ha sido especialmente decepcionante porque la cosecha de este año era buena.
"No hay forma de prepararse para una lluvia como esta. La floración ya fue hace siete meses y lo natural es que la maduración sea este mes", se lamenta y espera que desde el Gobierno central se le brinde algún apoyo a los productores que, como él, registrarán pérdidas, algo parecido a lo que se planea hacer con otro tipo agricultores (aunque, en ese caso, también será insuficiente).
"Por el momento, se han olvidado del café", dice Bolaños.
No está claro si en la entrega del bono de $300 incluirán a caficultores, pues no se especifica en el mensaje del presidente Nayib Bukele, quien se ha convertido en un productor de café.
Es posible que los cultivos del mandatario no tengan daños por estas lluvias: al estar sus terrenos a más de 1,000 metros sobre el nivel del mar, el fruto sembrado en ellos madura entre diciembre y enero.