El inicio del fenómeno climático conocido como El Niño ya es oficial, según informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la agencia de meteorología de la ONU, luego de haber detectado en el océano Pacífico tropical, por primera vez en siete años, las condiciones que, muy probablemente, causarán un aumento de las temperaturas y alteraciones meteorológicas este año.
En este sentido, el secretario general de la OMM y meteorólogo, Petteri Taalas, advirtió que “la aparición de El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de romper nuevos récords de temperatura y de que se desencadene un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano”, y añadió que la subida de las temperaturas se dará sobre todo en los próximos tres meses y persistirá hasta el final de 2023.
Aunque todavía no se había hecho oficial su inicio, estas condiciones climáticas ya se experimentaron desde el mes de mayo, cuando las altas temperaturas alcanzaron cifras récord en distintas zonas del país e, incluso, provocaron daños en la agricultura en la zona oriental, por ejemplo.
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A propósito de esto, los productores agrícolas en el país ya han advertido en varias ocasiones sobre las implicaciones que este fenómeno tendrá para la agricultura nacional, la cual viene arrastrando diversos problemas desde 2021, como lo fue la fuerte alza en los precios de los insumos agrícolas y la pérdida de millones de dólares en cultivos tras el paso de la tormenta tropical Julia en octubre del año pasado.
De acuerdo con Luis Treminio, presidente de la asociación Cámara Salvadoreña de pequeños y medianos productores Agropecuarios (CAMPO) “la situación del sector agropecuario cada vez es más complicada pues, por ejemplo, en oriente se está planteando no sembrar en la siembra postrera debido a los pronósticos climáticos” relacionados con El Niño.
En este punto, Treminio señala que, si bien es cierto, durante junio las lluvias que han caído en algunas partes del país han ayudado a que los cultivos no se sequen “estos se están desarrollando de una forma anormal, es decir, crecen de manera más lenta”, lo que provocará que sea de menor calidad y afecte la producción.
Anteriormente, tanto Campo como la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena calcularon que debido a las altas temperaturas que causará El Niño, así como una sequía que se espera entre agosto y octubre según los pronósticos de la ONU, se perderán entre 6 y 8 millones de quintales de granos.
De esa gran cantidad, una buena parte podría corresponder a la pérdida de frijoles, pues según las asociaciones de productores, hasta un 75% de ese grano se cultiva durante la siembra postrera, es decir, la que pretende omitirse para que no haya pérdidas económicas, aunque sí podría representar una déficit en la producción frente a la demanda de granos en el país.
Con respecto a esa posibilidad de no sembrar durante, la postrera, el secretario general de la Asociación Nacional de Trabajadores Agropecuarios (ANTA), Carlos Rodríguez agrega que incluso se contempló la opción de no sembrar en mayo, debido a la entrada tardía del invierno que amenazaba el crecimiento de los cultivos.
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Aún así, apunta que los agricultores miembros de esa gremial “se armaron de fe” y decidieron sembrar maíz a finales de mayo, e incluso afirma que muchos de esos cultivos en este momento se encuentran en buenas condiciones gracias a las lluvias de las últimas semanas.
“Nosotros siempre estamos en la tarea de garantizar la soberanía alimentaria de nuestra familia, que tengan la comida, pero también de poder lo suficiente para poder ayudar a la gente, al consumidor final”, apunta Rodríguez.
Debido a los posibles implicaciones que tendrá El Niño para los países, la ONU también instó a los gobiernos a que se anticipen a esos efectos y que se preparen para limitar los alcances en áreas como la salud, el medio ambiente y la economía.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, a través de la doctora María Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud, señaló que “al alterar las condiciones climáticas, El Niño tendrá un impacto muy fuerte en ciertos factores de la salud. Nos preocupa en especial la inseguridad alimentaria y el aumento de la malnutrición moderada y aguda, especialmente entre los más vulnerables”.
Según los representantes de las gremiales agrícolas, el gobierno debería establecer un comité de crisis que se base “no solo en publicidad” para apoyar a los productores que se ven afectados por la situación climática, así como establecer una estrategia para la soberanía alimentaria del país, incluida una reserva nacional de granos.