Ser bombero es un sueño que logró cumplir Wilber Ernesto Calderón Guardado, de 25 años, quien desde pequeño soñó ser miembro de esta corporación.
“Mi sueño siempre fue ser bombero, veía videos de los bomberos, pero las probabilidades de que entrara eran mínimas”, expresó Calderón.
En cada convocatoria de 300 aspirantes, la institución solo selecciona a 30 en promedio. “En noviembre del año pasado me pasaron el link de la convocatoria y mande la solicitud”, añadió.
En los siguientes días, varios de sus compañeros fueron seleccionados. Esto lo desanimó un poco, pero no perdió las esperanzas. “Un sábado a las 9:00 de la noche me llamaron. Hasta lloré en la Cruz Roja de contento, es algo que había anhelado”, comentó.
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Desde ese día, Wilber se comenzó a preparar. Al inicio debió realizar un curso especializado para ser bombero. “El primer incendio fue en el cerro de Nejapa, duró seis días, nos quedamos en un albergue”, recordó Calderón.
El joven bombero se incorporó al equipo de la estación en Antiguo Cuscatlán, tras haber terminado su curso. Su experiencia como primer pistonero estuvo marcada por una tragedia.
El ocho de mayo de este año, tres mujeres murieron al incendiarse su vivienda en el sector de la 12a avenida Norte de Santa Tecla, cerca del mercado Dueñas.
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“Me comenzaron a temblar las piernas, me bajé de la unidad y la vivienda ya estaba prendida en llamas, la explosión fue como bombas”, explicó.
Para Calderón el primer contacto con las personas calcinadas fue impactante. Aunque esta vez no pudo salvar vidas, el servicio a los demás es lo que siempre lo ha motivado en su carrera de socorrista y ahora de bombero.
Comenta que todo comenzó en 2013 cuando su interés por brindar servicio hacia los demás lo llevó a unirse a la Cruz Roja, seccional Tepecoyo.
“Me motivé después de la tormenta 12-E, cuando se inundó mi colonia y no llegó nadie, solo estábamos los del comité. Ese día no dormimos, anduvimos sacando a la gente con neumáticos”, recuerda el bombero.