Estefanía tiene pensamientos de interrumpir su propia vida desde los 12 años. Comenzaron a los pocos días de que un amigo de su hermano la violó en su casa, en una de las colonias de Ahuachapán.
Tiene 35 años y desde los 12 vive con el temor de ser estigmatizada, de que sientan lástima por lo que vivió. Por ello opta por no hablar del tema.
Apenas su grupo íntimo familiar se enteró sobre lo ocurrido; pero han tratado de vivir como que nunca pasó, de hecho, no recibió apoyo sicológico cuando recién sucedió la violación.
“Se lo conté a mi hermana; me dijo que ocupara mi mente en algo”, relató Estefanía.
El resto de la familia tomó una postura de “¡ah bueno!, no pasa nada…sólo olvídalo y ya”; pero Estefanía ha sido sobreprotegida al punto que no le permiten trabajar a pesar de que finalizó estudios relacionados a la medicina. Lo hacen, señaló, para evitar que le suceda algo malo.
La joven trató de seguir el consejo de la hermana; pero no ha sido fácil.
En el 2019 buscó ayuda con un psicólogo en Santa Ana, pero abandonó el apoyo porque no se sentía cómoda.
“Jamás me he sentido cómoda hablando sobre lo que siento o como me siento”, expresó.
En un inicio era una persona tímida; a medida fueron transcurriendo los años, se refugió en los vicios.
Aunque desde los 12 años comenzó a fumar, dejó dicha práctica cuando inició la pandemia, en el 2020.
Esporádicamente también consumía marihuana y cocaína, pero fumar le solía calmar el estrés y ansiedad que enfrenta.
Hablar sobre el tema con otras personas no le gusta por miedo a ser estigmatizada.
“Tal vez no discriminación en sí, pero sí como lástima. Empiezan como pobrecita y cosas así. Con no decirle a alguien, siento que soluciono todo. A veces ni pienso en eso, trato de vivir como si nada”
Estefanía, víctima de violación
La Comisión The Lancet precisamente publicó, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que expertos en el tema piden que se tomen medidas radicales para acabar con el estigma y la discriminación contra las personas con enfermedades mentales en todo el mundo.
The Lancet es una revista británica que publica estudios especializados en diferentes rubros de la medicina.
La Comisión aseguró que el estigma puede causar exclusión social y desempoderamiento de las personas con enfermedades mentales que conducen a la discriminación y a las violaciones de los derechos humanos, incluidos los problemas para acceder a la atención médica, desafíos para asegurar el empleo y mayor probabilidad de complicaciones de la salud que conducen a la muerte temprana.
Estefanía aseguró que padece de estrés y que ciertas situaciones le producen ansiedad.
“Me parece aburrida mi vida, sin sentido, sin amor… sin nada. Es lo mismo de siempre. Soy una persona de 35 años, que no hace nada por su vida”, lamentó.
A medida relataba, de forma escrita, lo que le había ocurrido, dijo que se sentía ansiosa.
“Me siento muy ansiosa en este momento”, aseguró.
La sicóloga salvadoreña, Nidia Figueroa, consultada sobre el estigma y discriminación de las personas con problemas de salud mental, lamentó que en el país no existe una extensión de profesionales en dicha área para tratar las diferentes afecciones que la población enfrenta.
“Lo que se da actualmente es que hay altos porcentajes de personas padeciendo diferentes trastornos. Los más comunes son trastornos de ansiedad y depresivos a los cuales no se les da una importancia o estos pacientes, aún cuando son diagnosticados con estos diferentes trastornos, no son incluidos en un tratamiento o grupo social donde se sientan parte de él, sino que al contrario”.
Nidia Figueroa, psicóloga
Entre las acciones que recomienda la Comisión The Lancet está la capacitación en salud mental para el personal de atención médica y el desarrollo de pautas para representar con precisión la salud mental en los medios de comunicación.
Agregó que se debe de realizar una revisión integral de las pruebas de las intervenciones eficaces para reducir el estigma y encuentra que el contacto social entre las personas que han vivido la experiencia de tener una enfermedad mental o no, es la forma más eficaz de reducir el estigma y la discriminación.
El informe fue elaborado por más de cincuenta colaboradores de todo el mundo; entre ellos personas que han vivido la experiencia de tener una enfermedad mental.
“Muchas personas que han vivido experiencias relacionadas con las enfermedades mentales describen el estigma como ‘peor que la propia enfermedad’. Ahora hay pruebas claras de que sabemos cómo reducir y, en última instancia, eliminar eficazmente el estigma y la discriminación. Nuestra Comisión hace ocho recomendaciones radicales, prácticas y basadas en pruebas para liberar a millones de personas en todo el mundo del aislamiento social, la discriminación y las violaciones de los derechos humanos causados por el estigma”, concluyó el copresidente de la Comisión, el profesor Sir Graham Thornicroft, del King’s College de Londres.
La Comisión indicó que las estimaciones recientes sugieren que una de cada ocho personas, cerca de mil millones de personas en todo el mundo, viven con una enfermedad mental y que dicha situación aumenta a uno de cada siete niños de 10 a 19 años.
Ellos experimentan una doble amenaza: el impacto de la enfermedad en sí y las consecuencias sociales dañinas del estigma y la discriminación.
La pandemia provocada por el covid-19 también ayudó a arrojar luz sobre la situación urgente de la salud mental a nivel mundial pues cálculos recientes consignan que hubo un aumento del 25% en la prevalencia de la depresión y la ansiedad en el primer año de la pandemia.
“Sentía que me iba a volver loca; pasar encerrada y la presión de mi esposo de que no se podía tocar nada que viniera de la calle sin antes lavarlo, por miedo a adquirir el coronavirus”, contó, por su parte, Marta Figueroa, una maestra que durante los primeros meses de encierro que implementó el gobierno de El Salvador, bajó más de diez libras en su peso, producto del estrés y ansiedad provocadas por el covid-19.
A pesar de la alta incidencia de enfermedades mentales en todo el mundo, el estigma y la discriminación relacionados con la salud mental también están generalizados, lo que lleva a la exclusión de las personas de la sociedad y a la negación de los derechos humanos básicos, como oportunidades laborales y educativas y acceso a la atención médica, que incluye la atención de salud mental.
“La pandemia de la covid-19 ha dado lugar a un mayor número de personas que experimentan enfermedades mentales y es necesario tomar medidas urgentes para garantizar que estas personas no experimenten también las consecuencias potencialmente graves del estigma y la discriminación. Debemos empoderar y apoyar a las personas que han vivido experiencias relacionadas con las enfermedades mentales para que desempeñen papeles activos en los esfuerzos de reducir el estigma y, por este motivo, nuestra Comisión incluye voces que susurran, hablan o gritan sobre sus experiencias en poemas, testimonios y citas”, señaló la coautora de la Comisión y fundadora/directora ejecutiva de Global Mental Health Peer Network, en Sudáfrica, Charlene Sunkel.
Ella es una persona que ha vivido la experiencia de tener esquizofrenia.
Pero mientras la Comisión hace el llamado de tomar acciones urgentes para erradicar el estigma y la discriminación, diputados oficialistas de El Salvador decidieron, el 19 de octubre, enviar a archivo una serie de reformas a la Ley de Salud Mental que había propuesto Arena en marzo pasado.
Las reformas buscaban fortalecer en el sistema de salud la protección de ésta área poco atendida en el país.