En el 45º. Aniversario del martirio de San Óscar Arnulfo Romero falleció este lunes el sacerdote Rogelio Ponseele, conocido por su trabajo en las comunidades al norte de San Salvador. Cuando esta labor se volvió imposible continuar por la represión y la presecución de los curas de la teología de la liberación, en vez de ir al exilio, se fue para Morazán y se convirtió en el "capellán de la guerrilla" cuando se estaba formando en 1980. El sacerdote pereció a causa de los golpes que sufrió al accidentarse en su auto la semana anterior en Perquín, Morazán. Rogelio Ponseele no es un nombre desconocido en la memoria de El Salvador. Muchos recuerdan a este sacerdote "chelón", de complexión robusta, y trato afable, trabajando en las comunidades de la colonia Zacamil y San Antonio Abad y las faldas del volcán de San Salvador a mediados de la década de los 70. El padre Rogelio, como se le conocía familiarmente, era parte de una misión de sacerdotes belgas llegados a El Salvador a principios de esa década y que trabajaron, por ejemplo, en San Antonio Abad formando comunidades eclesiales de base, una cooperativa con su respectiva despensa y la casa de retiros El Despertar. El sacerdote asumió mayor protagonismo en 1977, cuando el gobierno militar de entonces desató una intensa persecución sobre el clero y por otra parte había protestas diarias. Hubo masacres en las calles del centro de San Salvador y al mismo tiempo asesinatos de políticos a mano de la incipiente guerrilla urbana, sobre todo después de la masacre de universitarios del 30 de julio de 1975. Eran tiempos difíciles para la Iglesia Católica salvadoreña y para El Salvador, pues a la par de la ola de persecución política y religiosa se desató una campaña anónima con mensajes en paredes como "haga patria, mate un cura". El arzobispo de San Salvador, monseñor Luis Chávez y González, un anciano venerable por los fieles, llegaba a la edad de jubilación episcopal de 75 años y entregó la mitra y el báculo al reflexivo y tímido obispo de Santiago de María y exauxiliar suyo, monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, que luego se convirtió en "La Voz de los sin Voz". La violencia se caldeó con el asesinato de empresarios secuestrados por la guerrilla urbana y, a la vez, el asesinato de los primeros dos sacerdotes: Rutilio Grande, en marzo de ese año, y Alfonso Navarro, en mayo, a manos de escuadrones de la muerte. Otros ocho sacerdotes fueron asesinados después, incluyendo a monseñor Romero en 1980. Los cuerpos de seguridad y paramilitares se dedicaron a detener a todo el que consideraban que tenía nexos con la izquierda revolucionaria y con los sacerdotes, sobre todo los extranjeros, entre ellos el padre Guillermo Denaux, también de Bélgica, quien trabajaba en San Antonio Abad. El padre Rogelio y sus compañeros siguieron trabajando en las comunidades, pero en enero de 1979 un grupo de jóvenes que estaban en un retiro fue abatido a tiros dentro la casa El Despertar por fuerzas combinadas de los cuerpos de seguridad y el ejército que alegaron que era un "campo de entrenamiento" de la guerrilla. Tras el golpe de Estado de octubre de 1979, la violencia se recrudeció. Al mismo Rogelio le pusieron una bomba en la casa, que estalló milagrosamente cuando él no estaba, como también fue blanco de atentados dinamiteros la YSAX, La Voz Panamericana, la radio de San Romero, que transmitía sus mensajes y homilías. En 1980, tras el martirio de monseñor Romero comienza a formarse el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la alianza de las diferentes organizaciones guerrilleras, que lanza su primera ofensiva el 10 de enero de 1981. Las organizaciones populares, como el BPR, Las Ligas Populares y el FAPU, se van definitivamente a la clandestinidad y con ellas varios sacerdotes católicos, entre ellos Rogelio Ponseele, que pasó a conocerse como "el Capellán de la guerrilla", una especie de Ernesto Cardenal en el FSLN de Nicaragua, que acompañaba y oficiaba misa a los combatientes, pero sobre todo a la población civil en el norte de Morazán. Durante toda la guerra y hasta la fecha Rogelio Ponseele se quedó en Morazán. Siguió siguió trabajando con las comunidades, convirtiéndose en párroco de Perquín. Asumió la difícil pero indispensable tarea de trabajar para la reconciliación de la sociedad dividida por la guerra. Rogelio Ponseele nunca empuñó un arma y jamás, ni en las fases más calientes de la guerra predicó el odio ni la división. Pero tampoco abandonó a quienes estaban luchando. El padre Ponseele está siendo velado en las casa de CEBES, la Comunidad Eclesiástica de El Salvador, en Perquín y será sepultado el miércoles 26 de marzo en el cementerio de esta ciudad.
Fotografía del sacerdote Rogelio Ponseele compartida por el padre Juan Chopin
Con gran pesar, se ha recibido la noticia del fallecimiento del sacerdote Rogelio Ponselle, quien perdió la vida hoy tras complicaciones derivadas de un accidente de tránsito ocurrido hace unos días.
En las redes sociales del sacerdote Juan Vicente Chopin Portillo se informó: "Esta mañana, en torno a las 6:15 am., a causa de un paro cardíaco y como consecuencia de un accidente de tránsito, ha muerto el entrañable hermano, compañero y amigo, Rogelio Ponseele. Les mantendremos informados de los eventos en torno a su funeral".
Según informes médicos, el sacerdote presentaba cuatro costillas fracturadas y había perdido movilidad en sus extremidades. A pesar de los esfuerzos del personal médico, su estado de salud se deterioró, lo que llevó a su fallecimiento en la mañana de hoy.
La noticia ha conmocionado a sus feligreses y a la comunidad en general, quienes lo recordarán por su dedicación y servicio a la iglesia. El sacerdote Ponselle había estado activo en diversas iniciativas sociales y religiosas, dejando un legado de amor y compasión en su paso por la vida.
CEBES Perquin, informó que el padre Rogelio Ponseele ha sido llamado a la presencia del Señor, después de una vida entregada al servicio de Dios y de su pueblo. Su ministerio pastoral fue un testimonio de fe, amor y entrega a las diferentes comunidades.
El Museo de la Palabra y la Imagen, MUPI externó su pésame en redes sociales, en donde publicó. "Hasta siempre, hermano y amigo, Rogelio Ponseele.. 24 de marzo tenía que ser". Hoy la Iglesia Católica conmemora el martirio de Santo Monseñor Romero.