A través de redes sociales un salvadoreño hizo eco ante el desabastecimiento de vacunas antirrábicas que actualmente se encuentra y que afecta al sector de salud a nivel nacional. Situación a la que se enfrentó tras ser mordido por un animal y recurrir por ayuda médica.
El usuario de redes sociales detalló que debía colocarse la cuarta dosis; sin embargo, no había unidades disponibles para su aplicación en centros de salud públicos ni en clínicas de atención privada.
“Ando buscando donde ponerme la vacuna antirrábica pero desde ayer (3 de julio) me dicen que no hay en el sistema público… alguien sabe si hay en alguna unidad de Salud? En privados ya pregunté y tampoco tienen…”, escribió en su perfil haciendo un llamado al personal de salud y población en general para identificar si algún hospital o centro de salud tenía dosis disponibles.
Tras realizar consultas a médicos del área privada, confirmaron la carestía. “En este momento a nivel país el distribuidor de la vacuna antirrábica no tiene, por lo tanto ni a nivel privado ni a nivel del Ministerio de Salud hay vacunas antirrábicas”, señaló el médico especialista en infectología, Iván Solano Leiva.
Solano señaló que las clínicas privadas dependen completamente de los distribuidores locales, pero que el Ministerio de Salud debe tener los recursos para obtener el fármaco a través del Fondo Rotatorio de Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), si existiera desabastecimiento en todos los centros de salud.
“Hay una aparente escasez y no sabemos si no hay para nada vacunas, porque cuando no hay en lo privado la única alternativa es la salud pública. Lo que se solicita es que haya un pronunciamiento ¿Qué está pasando?. Porque con la vacuna antirrábica estamos hablando de la vida de las personas, en el caso de estas personas significa que la duración de las defensas generadas va a durar mucho menos”, agregó el infectólogo Jorge Panameño.
Debido a que esta información no puede ser consultada de forma abierta por la población, el médico agregó: “Yo esperaría que expliquen a la población que está pasando si no hay vacunas, qué alternativas se le ofrece a la población. Porque la única forma es que ellos nos digan (Ministerio de Salud)”.
Concretamente en el caso del fármaco antirrábico “si no hay vacuna la alternativa es morir de rabia”.
Tras consultar con un paciente que pidió no ser identificado, explicó que en su caso fue mordido por un perro desconocido, pero al momento de ser vacunado solo le aplicaron suero antirrábico, posteriormente fue enviado al centro de salud más cercano “con una referencia para evaluación de vacunación, porque el seguro no está vacunando por falta de vacunas”.
Al tratar de corroborar está información, un trabajador de la salud confirmó a este medio de forma anónima que actualmente “giraron la instrucción que los médicos no pueden indicar vacunas antirrábicas, sino que se debe enviar a evaluación a los pacientes a la unidad de salud. Quitando el criterio al médico de emergencias del Seguro Social”, afirmó.
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Esta fuente recalcó que “Ojalá y Dios no quiera que de aquí a la vuelta de seis meses estemos ante casos de rabia humana. Estamos ante un factor de riesgo inminente por no disponer de la vacuna. El suero antirrábico solo es un potenciador, pero el que hace la parte más importante es la vacuna en sus cuatro dosis”.
Un cuadro de vacunación incompleto es un paciente sin las defensas necesarias para combatir el virus, “no hay rabia leve, al que le da rabia se muere y punto”
Un informe publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que la enfermedad está presente en todos los continentes y afecta a más de 150 países. En el mundo, la enfermedad es responsable por cerca de 60,000 muertes humanas anualmente y en la gran mayoría de los casos humanos, el perro es la fuente de transmisión.
El sistema de vigilancia regional indica que en 2022 al menos 23 personas perdieron la vida tras ser mordidas por animales como perros, gatos y otros mamíferos.
La rabia es una enfermedad que afecta a todos los mamíferos, sean estos domésticos o salvajes, y se transmite a través del contacto con la saliva infectada por medio de mordeduras o arañazos. La gran mayoría de los casos en humanos es que un perro es la fuente de transmisión.
Según datos de la OPS las Américas, han logrado reducir drásticamente la incidencia de la rabia humana transmitida por perros a cerca de un 98%, con alrededor de 300 casos en 1983, a 2 casos humanos transmitido por perros en 2020.
Sin embargo, en los últimos años, la rabia en humanos transmitida por animales silvestres adquiere mayor importancia, siendo el murciélago hematófago (Desmodus rotundus) el principal transmisor.
Actualmente, en la región un millón de personas expuestas al riesgo de rabia recibe profilaxis postexposición cada año. Además, cerca de 100 millones de perros son vacunados al año en campañas de vacunación contra la rabia en el continente americano.
Síntomas
Los primeros síntomas de la rabia en humanos suelen ser muy similares a los de una gripe, iniciando con malestar general, dolor de cabeza y fiebre, y los pacientes pueden presentar dolor o picazón en la zona donde fue mordido. Estos síntomas pueden durar varios días.
Si los pacientes no son tratados a tiempo pueden progresar a disfunción cerebral, ansiedad, confusión y agitación. A medida que el tiempo avanza la situación se vuelve crítica y la persona puede presentar delirios, alucinaciones, comportamiento anormal, hidrofobia e insomnio.
El periodo agudo de la enfermedad termina entre 2 y 10 días. Pero una vez se presentan los signos clínicos de la rabia, en pacientes que no recibieron atención, la enfermedad casi siempre es mortal.