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"Me toca la hemodiálisis y no puedo ir porque no tengo $60", dice Edgar, paciente renal en Usulután

Edgar Iván Romero realizaba fiestas cada fin de semana con el propósito de recaudar dinero para su tratamiento; sin embargo, han sido suspendidas y con ello las posibilidades de que junte el dinero para pagar las hemodiálisis.

Por Iliana Ávila | Abr 12, 2022- 06:30

Edgar Iván a bajado 200 libras de peso en un año, a causa de la enfermedad renal que padece. Video EDH / Iliana Ávila.

“Por cierto mañana (hoy) me toca la hemodiálisis y no puedo ir porque no tengo el dinero, me falta $60”, dice Edgar Iván Romero, quien había logrado recaudar fondos para su tratamiento haciendo una baile cada fin de semana; pero la actividad fue suspendida.

También hubo un incidente de captura de un grupo de asistentes, en el marco del régimen de excepción. Hace ocho meses Edgar Iván , de 42 años, recibió el diagnóstico del daño en sus riñones; en este mismo lapso el hombre perdió más de 200 libras de peso.

Además, el médico que lo atendió le advirtió que era necesario iniciar con el tratamiento dos veces por semana, lo que implica un pago, en promedio, de $300 semanales.

Edgar Iván es un conocido mecánico de automóviles del municipio de Santa Elena, en Usulután. Ahí sus amigos le llamaban “El Gordo”.

El hombre narra que hace unos meses, una mañana comenzó a sentir dolor en los huesos, la situación se complicó y a las 4:00 de la tarde ya estaba ingresado en un centro hospitalario, en donde le dieron el diagnóstico médico.

“Tenía 12.5 de creatinina (arriba del parámetro normal) y aún no me ha bajado.

Cuando supe de mi condición fue la muerte por los recursos económicos para estar pagando cada tres días la hemodiálisis; es bastante fuerte, en especial uno que es pobre porque se debe de salir a pedir o rebuscarse para conseguir los centavitos, pero Dios es tan grande de que mucha gente nos da colaboración.

Mi esposa está vendiendo, mi hijo se dedica a la venta de plantas y yo por ratito le hago a la mecánica”, explica.

Una fuente de ingreso importante para Edgar Iván y su familia era la fiesta bailable que ofrecía en el patio de su casa, cada sábado. La música la ponía en un aparato de sonido y la pista de baile era el polvoriento patio, entre autos en reparación y cactus que se encuentran a la venta.

De acuerdo al paciente, eran entre 40 a 50 personas las que se reunían en la fiesta benéfica para ayudarlo.

También era una oportunidad para departir un rato con los amigos, quien le daban ánimos.

Sin embargo, desde hace dos sábados estas fiestas han sido suspendidas y con ello las posibilidades de que Edgar Iván junte el dinero para pagar las hemodiálisis

“Contaba con el permiso (para ofrecer las fiestas), pero ya tuvimos miedo con esto que está pasando con la cuestión de la ley (régimen de excepción). Era una fiesta bailable para recolectar fondos para la hemodiálisis. Cada persona pagaba $2.00 la entrada; de ahí se agarraba un poquito de dinero para ir solventando los gastos, pero ahorita ya vamos para dos sábados que ya no se realizan”, comenta.

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Para no quedarse con los brazos cruzados, Edgar Iván aún trabaja reparando automóviles, pero sólo si el cliente acepta que la reparación podría tardar, debido a que él ya no cuenta con las mismas fuerzas de antes, debe de protegerse del sol, y tomar un mínimo de agua.

“En el Hospital de Usulután tiene una unidad de diálisis, pero hay muchas personas esperando un cupo. Dicen que son más de 500 personas y no hay cupo. De existir un lugar entra quien ya está en primera línea. Yo seguiré esperando hasta que me llegue mi turno, que eso a saber cuándo será”, agrega.

Debido a la alta demanda de tratamiento en el hospital público es que la familia del mecánico busco los servicios privados. Parte de los medicamentos de su tratamiento son entregados en el hospital público; sin embargo aún debe comprar para completar las dosis.

“Tengo una inyección que me la debo de poner cada tres días, yo agradezco porque lo que me dan ahí (hospital público) ya no lo compro, pero no alcanza para cómo debe de ser el tratamiento”, señaló.

Edgar Iván recuerda que durante los más de 20 años que trabajó como mecánico lo hizo de sol a sol, sin sentir malestar alguno o algún tipo de quebranto de salud, por lo que la insuficiencia renal le tomó por asalto y con ello la economía familiar se vio duramente afectada.

“Yo tengo fe en Dios que voy a salir adelante. En este momento me veo bien pero mañana como ya me toca la hemodiálisis y ando agua los pulmones me pongo mal, ya no quiero que nadie me hable y me agarra una fatiga de salir corriendo … me preocupan los cobros del banco, pero lo que recojo es para las hemodiálisis”.

Las personas que estén interesados en ayudar puede comunicarse al número de teléfono 70981346.

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