Rodolfo de la Cruz Gallardo Rodríguez vive en Estados Unidos y tenía 7 años de no visitar El Salvador. Esta vez su esposa, su hija, su nieto de 6 años y él vinieron para asistir a la ceremonia de entrega del título como doctora en Medicina de su hermana Gisela. El título honorífico fue uno de los dos entregados ayer en una ceremonia llevada a cabo en el auditorio Edmundo Barbero de la Universidad de El Salvador (UES).
“Es algo emocionante, algo que cala muy hondo, después de tanto tiempo, que se dé este reconocimiento a su existencia, realmente es algo que yo nunca me lo esperé, especialmente viniendo de la Universidad. Uno tiende a pensar que solo la familia se acuerda de ella”. Con esas palabras Rodolfo de la Cruz explicó lo que significa para él haber recibido junto a sus hermanos Frida y Francisco el título de Doctora en Medicina con el nombre de Gisela, su hermana desaparecida el 18 de agosto de 1981, cuando cursaba el cuarto año de la carrera.
Un “no” al olvido
En la misma ceremonia, Pedro Hernández Saballos, de 72 años, recibió el título honorífico de Doctora en Ciencias Jurídicas con el nombre de su hermana María Teresa Hernández Saballos, desaparecida el 15 de septiembre de 1979. María Teresa era egresada de Ciencias Jurídicas y trabajaba como instructora en el departamento de Sociología de la UES. También tenía un hijo de 9 años que ya falleció.
Sobre el título honorífico recibido ayer, Hernández afirmó: “Para nosotros es importante porque se ve que no hay un olvido, porque además de la angustia de todo el proceso que uno ha tenido, lo peor es el olvido de la sociedad, de la gente. Porque uno como familia nunca olvida”.
Su hermana fue desaparecida el Día de la Independencia de 1979, mientras caminaba por la Troncal del Norte rumbo al mercado de Ciudad Delgado.
“No sé en qué kilómetro, ahí la capturaron y alguien la identificó, porque ella trabajaba en la universidad, trabajaba con docentes, con obreros, con campesinos… Ahí estaba un ‘orejita’ (informante) y la identificó y ahí se la llevaron. Desde entonces no supimos nada”.
Para Hernández, el trabajo que hacía su hermana era similar al que ahora hacen quienes defienden los derechos humanos de aquellos cuyas familias aseguran que han sido detenidos de forma arbitraria: “Entonces, en ese tiempo eso era prácticamente (lo que hacía ella), ayudar con los derechos humanos de profesores, obreros y campesinos. No es justo eliminar una persona: capturarla, torturarla, desaparecerla, dejarla sin tumba solo por eso”.
En busca de reparación
La entrega de los títulos honoríficos de ayer, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, no ha sido la primera en la Universidad de El Salvador. Estos actos fueron establecidos en 2018, como una medida de reparación, uno de los elementos de la Justicia Transicional.
La Secretaría de la Comisión Especial de Investigación sobre graves violaciones a Derechos Humanos perpetradas contra miembros de la comunidad universitaria entre 1970 y 1995, Sofía Zamora, explicó que muchos estudiantes y trabajadores de la UES fueron víctimas de persecución y desaparición forzada.
VER: ¿Cuántos cuerpos fueron enterrados como desconocidos en El Salvador?
Para Pedro Hernández, hermano de una de las víctimas de desaparición forzada honradas ayer, ningún gobierno “ni los de ARENA ni los del FMLN ni el actual” han tenido empeño por restaurar a las víctimas.
Cuestionado sobre en qué debería consistir un gesto de esa índole, Hernández considera que lo primero sería determinar por qué fue desaparecida su hermana.
“Lo segundo es, determinar, quiénes lo hicieron (…) Y lo tercero, que es lo más difícil, encontrar dónde está. Eso ya es un empeño que es más difícil, pero uno no pierde la esperanza”, concluyó.