La Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), en el marco de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación convocada por la Organización de las Naciones Unidas, subrayó ayer que hay una crisis de aprendizajes derivada de la pandemia del Covid-19.
La cumbre en mención, presidida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se llevará a cabo entre el 16 y 19 de septiembre, con la participación de jefes de Estado y de Gobierno, dirigentes de organismos internacionales, líderes mundiales del rubro educativo, entre otros.
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Un artículo publicado en el sitio oficial de Naciones Unidas alude que la UNICEF ha planteado que se requiere una transformación real de la educación, frente al hecho de que los prolongados cierres de las escuelas durante la emergencia sanitaria por el Covid derivaron en la falta de acceso a una enseñanza de calidad y agudizaron problemas que ya existían.
“El aprendizaje atraviesa una crisis en la que millones de niños carecen de competencias básicas en aritmética y alfabetización”, señala.
El Fondo externa que “el aprendizaje cayó a niveles tan alarmantemente bajos en todo el mundo que solo una tercera parte de los niños de diez años puede leer y comprender una historia escrita sencilla” y que antes de la pandemia la mitad de los niños podía hacerlo.
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Incluso el Banco Mundial ya ha estimado que la proporción de niños de diez años de los países en desarrollo más pobres que no saben leer ni escribir ha pasado del 53 % al 75 %.
Según los datos de la UNICEF con el inicio de la pandemia más del 90 % de los niños a nivel mundial vieron interrumpido su aprendizaje, lo cual se considera la mayor disrupción de los sistemas educativos en la historia.
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“Para muchos estudiantes, sobre todo niñas y chicas jóvenes, esta interrupción puede volverse permanente, con las implicaciones que esto tiene para su futuro y para la economía de sus países: las proyecciones indican que esa generación perdería diez billones de dólares en ingresos durante su vida laboral”, indica.
De igual forma expresa preocupación ante el hecho de que otros estudiantes, si bien podrán continuar con su educación, al final no saldrán bien preparados para enfrentarse al cambiante mundo del trabajo, a la crisis climática y la polarización política global existente, como resultado de la exclusión, los programas de estudio y métodos de aprendizaje obsoletos.