El LABTOX-UES realiza vigilancia constante sobre la proliferación de microalgas, que ocurren frecuentemente en el lago de Coatepeque.
Esto ayuda a tener control sobre el riesgo a los seres humano y animales, ya que muchas familias viven de la pesca y el turismo. En las investigaciones participan docentes y estudiantes de la Universidad de El Salvador, que hacen su servicio social para graduarse.
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Es una unidad especializada en toxinas marinas y de aguas continentales, que afectan los ecosistemas. Surgió en el 2007, con el objetivo de responder a fenómenos naturales, que suceden continuamente en el país. Combina y aplica la ciencia con nuevas tecnologías nucleares. El personal está capacitado en el tema, tiene recursos necesarios para cumplir sus funciones y cuentan con un equipo e infraestructura especializado acorde a las necesidades actuales.
Para darle seguimiento a fenómenos naturales, que afectan ríos, lagos, lagunas y mar, trabajan en equipo. Hacen enlaces con instituciones públicas y privadas, incluyendo las comunidades que habitan cerca de esos lugares. Cuando ven algo anormal, se trasladan al lugar a recoger muestras y hacer los análisis.
Cada muestra que recogen es llevada al Laboratorio de Toxinas Marina de esta universidad. Las analizan, sacan resultados y entregan los informes a las autoridades de la UES, quienes lo comparten con la Fundación Coatepeque, los ministerios del Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador, Agricultura y Ganadería, Salud. Con esos datos, avisan a la población del riesgo que pueden tener.
“En el mes de enero del 2023, elaboramos tres informes sobre estos fenómenos naturales de las cianobacterias y el cambio de coloración turquesa. El primero lo entregamos el 10 de enero, donde el agua estaba color marrón y se asocia a cianobacterias (microorganismos con clorofila que se encuentran en aguas dulces y saladas), donde según la Organización Mundial de la Salud OMS, clasifica un nivel de riesgo alto para aguas recreacionales por las concentraciones de cianobacterias encontradas. El segundo se realizó el 16 de enero, se monitoreo el agua color turquesa y las microalgas encontradas presentaron nivel de riesgo bajo, por su poca concentración de microalgas. El tercero, se ejecutó el 26, donde el lago muestra resultados normales”, manifestó Oscar Amaya, físico nuclear y director del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de El Salvador (LABTOX-UES)
“Hemos visto que el lago no solo cambia de color turquesa, también se pone marrón. El color turquesa es baja la probabilidad que se deba a las cianobacterias o microalgas por las bajas concentraciones encontradas en el agua. Se deben realizar más investigaciones de este fenómeno ya sea físicas, geofísicas, geológicas, químicas, biológicas, vulcanológicas, etcétera”, detalló.
“Por el momento, seguimos monitoreando este fenómeno natural y estamos evaluando otras investigaciones en la laguna de Olomega, Cerrón Grande, Lago de Ilopango, Lago de Güija, entre otros proyectos”, concluyó.