En el séptimo día del juicio del caso tregua el imputado David Munguía Payés intervino en el interrogatorio realizado a monseñor Fabio Colindres, como testigo ofertado por ambas partes.
“Cuando yo era ministro de Seguridad, usted llegó a proponerme el traslado de los privados de libertad del penal (de Zacatecoluca) ¿Cuál fue mi respuesta?, preguntó el militar de manera escueta y directa al religioso.
“Usted dijo que había facilidades, pero iba a consultar a peritos penitenciarios y al director de Centros Penales”, respondió Colindres.
Cuatro testigos
Colindres fue uno de los cuatro testigos que desfilaron ayer en el juicio en la que la Fiscalía General de la República intenta mostrar el cometimiento de los delitos de agrupaciones ilícitas, incumplimiento de deberes y actos arbitrarios, por parte del exministro de Seguridad, Munguía Payés y el expresidente de la República, Mauricio Funes Cartagena.
Las otras personas que declararon fueron el viceministro de Seguridad, Douglas Moreno; el exdirector de la Policía Nacional Civil, Francisco Ramón Salinas; y el exdirector del penal de Izalco del 12 de septiembre de 2012 al 15 de diciembre de 2013, José Adrián Abarca Molina.
El abogado defensor de Payés, David Ramírez, expresó al final de la jornada de interrogatorios que los cuatro testigos aportaron datos valiosos para demostrar, que como ministro Payés tenía limitaciones, en cuanto al conocimiento de situaciones que acontecieron de manera particular en algunos centros penales.
“Son situaciones que por el nivel de jerarquía de un funcionario público no llegan a conocerse. No se puede determinar una responsabilidad “objetiva” sólo por la situación de un cargo”, expresó Ramírez.
En el séptimo día del juicio del caso tregua el imputado David Munguía Payés intervino en el interrogatorio realizado a monseñor Fabio Colindres, como testigo ofertado por ambas partes.
Fabio Colindres relató que el proceso impulsado desde el gobierno de Funes conocido como pacificación inició con tres visitas al penal de Zacatraz junto a Raúl Mijango, como mediadores, para reunirse con los principales líderes de pandillas.
Colindres dijo que su participación era eminentemente pastoral, mientras que Mijango se encargaba de la parte social para convencer a los cabecillas de pandillas para que dejaran de asesinar.
Monseñor aseguró que los pandilleros hicieron tres peticiones puntuales en esas reuniones: traslados a penales donde estaban las bases (de las pandillas), visitas familiares e íntimas y el ingreso de celulares de ser necesarios.
Por lo que ante una amenaza de boicotear las elecciones por parte de las pandillas, se realizaron los primeros traslados en marzo de 2012.
Monseñor declaró que como mediadores mantenían informados del proceso, tanto al ministro de Seguridad, como al presidente de la República, quien “se alegraba” porque se habían bajado los índices de homicidios.
Colindres también declaró que al ser una política impulsada desde el gobierno fue socializada a las comunidades, a la empresa privada, al cuerpo diplomático y a los medios de comunicación, quienes al principio apoyaron la iniciativa.
Por otra parte, el testigo declaró que en un inicio las visitas las hacía junto a Mijango, luego por separado porque la finalidad de cada uno, era diferente dentro de los penales.
Municipios pacificados
El viceministro de Seguridad, Douglas Moreno, declaró que durante el proceso de pacificación se trabajó con cuatro municipios: Quezaltepeque, La Libertad, Ilopango, Santa Tecla, en conjunto con alcaldes y las Asociaciones de Desarrollo Comunal, Adescos, en los cuales se cumplieron los objetivos de prevención.
Sin embargo, aseguró que cuando Ricardo Perdomo asumió el cargo de ministro de Seguridad, se les ordenó no continuar con esa intervención.
Por su parte, el exdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), Francisco Salinas, declaró que aunque bajaron los índices de homicidios y extorsiones, las desapariciones “se mantuvieron”.
Salinas aseguró que como director de la PNC en ningún momento se le solicitó dejar de combatir las pandillas.
Fiesta en Izalco
Mientras que José Adrián Abarca, exdirector del penal de Izalco, declaró que durante la tregua hubo varias salidas de los cabecillas de pandillas hacia otros penales, por orden del director de Centros Penales.
Abarca agregó que en ese periodo se hizo una fiesta con bailarinas y una orquesta la cual se “salió de control”, debido a que las mujeres se despojaron de su ropa.