Olores y sabores de mangos, sandías, naranjas, manzanas o guineos es parte de lo que un tradicional 3 de mayo adorna los altares dedicados a la Santa Cruz en los patios o jardines de los salvadoreños para que “el demonio no llegue a bailar” como cuentan los abuelos.
El Día de la Cruz es una tradición católica que aún persiste en los salvadoreños y, de acuerdo con los ancianos, se hace para dar la bienvenida a la temporada de lluvias y bendecir las cosechas.
Para comprender el por qué la cruz se elabora con palo de jiote debemos remontarnos a la llegada de los españoles a América cuando trajeron consigo varias de sus creencias y tradiciones incluyendo ese día.
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La celebración coincidía con las fiestas destinadas a Xipe Totec, un dios al que adoraban los indígenas, según un artículo de la revista Bioma.
Ya que la cruz se colocaba en lugares públicos, los indígenas identificaron un árbol nativo, el palo de jiote, el cual tenía características similares con su dios, entre ellas que sobrevivía a cualquier tipo de terreno y, que sin importar era cortado varias veces, este retoñaba y era fácil de sembrar, detalla el artículo.
De esta manera, los indígenas, en silencio, heredaban el culto a Xipe Totec. En la actualidad, aún se corta el palo de jiote y se le agregan frutas de temporada y, adornos con papel de china. Este debe estar verde.
Aún no hay certeza si desde el inicio de la práctica cristiana del Día de la Cruz en el actual El Salvador, se usaba una cruz verde y hecha con madera de jiote. pic.twitter.com/3t2JRqE4LC
— Academia Salvadoreña de la Historia (@ahistoriasv) May 2, 2019
Dulces gallitos en Suchitoto
La tradición de colocar a la cruz dulces de melcocha en forma de gallitos no se sabe con precisión cuándo surgió en Suchitoto, Cuscatlán, pero residentes en el cantón Aguacayo cuentan que en la zona hace unos años hubo un ingenio azucarero, por lo que no dudaron en aprovechar el producto y hacer no solo los gallitos, sino que otras preparaciones como los anises o soplados.
Dulves gallito son una tradición de Suchitoto para el Día de la Cruz. Foto EDH/ David Cañenguez.
Para su fabricación se necesita azúcar que se pone a hervir en peroles, se “cura” y para “templarlo” se le añade limón. Suavizarlo requiere de extenderlo, estirarlo, golpearlo y dejarlo reposar en lajas.
Después se pasa por brasas y rápidamente se forma la figura de gallito con una tijera y, se le mete un palito de bambú antes que se endurezca. El paso final es pintarlo dos días antes de la celebración.